Mientras en México los titulares son monopolizados por la crisis de relaciones con EE UU motivada por Donald Trump, que ha logrado incluso mejorar la maltrecha popularidad del presidente Peña Nieto, los activistas siguen denunciando abusos.

La semana pasada, el relator de la ONU, Michael Forst, aseguró que los crímenes contra periodistas y defensores de los derechos humanos gozan de impunidad total; esta semana, la activista por las mujeres de Juárez Malú García Andrade ha denunciado un intento de asesinato seguido de amenazas de muerte. También pide seguridad y denuncia graves negligencias del Gobierno en lo referente a su caso, hasta el punto de que culpa a las instituciones "si algo llega a pasar" a ella o su familia.

Malú es miembro de la organización civil Nuestras Hijas de Regreso a Casa que fundó su madre, Norma, tras el feminicidio de su otra hija, cuando esta tenía 17 años. Se ve obligada a llevar escolta desde que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ordenó al Estado mexicano otorgarle medidas cautelares por las reiteradas amenazas que ha recibido.

Ciudád Juárez, en la frontera con Estados Unidos, fue conocida internacionalmente en los 90 por la epidemia de feminicidios cuyas víctimas fueron en su mayoría, mujeres jóvenes con un perfil físico similar.

El drama de Juárez llegó incluso a Hollywood, si bien en los últimos años ha caído relativamente en el olvido a nivel internacional, y en México ya ha sido superado en número de muertes por el Estado de México, donde hoy vive Malú.

Malú fue víctima de un atentado a balazos cuando estaba por llegar a su domicilio en Toluca, Estado de México, donde reside actualmente tras dejar Ciudad Juárez por las amenazas de muerte que recibió.

La camioneta en la que se trasladaba recibió varios impactos de bala y, al día siguiente recibió un mensaje de texto en el que “dijeron que era un aviso, que si no me iba del Estado de México iban a matar a mi familia y a cortarme la cabeza”, indicó.

El caso se ve, según su denuncia, agravado por el hecho de que el escolta con el que viajaba no siguió protocolo de seguridad, creyó que les tiraban piedras y hasta la bajó de la camioneta en el mismo lugar del atentado. En un contó video divulgado en redes sociales, denunció además que el caso fue "minimizado" al ser considerado un "simple asalto".