Los hechos sucedieron en febrero de 2015. El acusado ha sido condenado por un delito de asesinato y otro de robo con violencia y la sentencia ha sido declarada firme, puesto que las partes han manifestado que no la recurrirán.

El hombre, de nacionalidad china, ha reconocido entre lágrimas los hechos, por los que le acusaba la Fiscalía, que sostenía que fue al salón de juegos, al que ya había acudido con carácter previo y aprovechó que la empleada estaba sola para "cogerla por sorpresa" y golpearla "brutalmente y en reiteradas ocasiones en la cabeza, hasta un total de 70 veces" con el martillo que llevaba.

Con los primeros golpes provocó que la mujer perdiera la consciencia y quedara inerte en el suelo, según la acusación, apuntando que la víctima "no pudo reaccionar ni defenderse". Tras esto, el acusado se apoderó del dinero que había en la caja, unos 5.770 euros; se limpió las manchas de sangre y, "con la intención de asegurar la muerte", golpeó nuevamente a la mujer y también a las pantallas de las grabaciones de seguridad.

La mujer sufrió varias lesiones de gravedad y permaneció en coma varios meses, hasta que falleció en septiembre "a causa del traumatismo craneoencefálico sufrido como consecuencia de dicha agresión".

La Fiscalía ha modificado sus conclusiones iniciales y ha pedido finalmente la pena de 21 años por el delito de asesinato y tres años y medio por el de robo con violencia. Además de la pena de prisión, se le ha impuesto como indemnización el pago a la hija de la víctima de 294.000 euros y unos 10.500 euros a la madre de ésta.