El titular, Juan Montero, ha explicado casi al final de la declaración de los peritos que un hecho puntual que se había mencionado en la vista, la amenaza que el exmarido había proferido a la mujer con "quemar la casa" meses antes de la denuncia por malos tratos, le había recordado que él mismo había sido instructor de la causa cuando estaba en el Juzgado de Instrucción nº 1 de Albacete.

"La Ley, para salvaguardar la imparcialidad del juzgador, prohíbe al juez instructor que participe en el procedimiento", siendo "causa de abstención", ha explicado el magistrado a los testigos que permanecían en la sala de vistas y que no entendían qué había ocurrido.

Aunque el magistrado conocía los hechos desde días atrás, y ha dicho que ayer mismo había releído la causa, no se había percatado de que había sido instructor de la misma hasta que en la vista oral se ha hecho referencia a que el padre "iba a quemar la casa".

"Al oír el tema me ha sonado y repasando documentación he visto que en el proceso de instrucción fui yo quien tomó la primera declaración a la madre, tras la denuncia", ha indicado.

Por ello, ha pedido disculpas y ha levantado la sesión, quedando todas las actuaciones realizadas en la mañana de este miércoles anuladas.

Así, tanto la declaración de la acusada como la del exmarido, dos vecinas de la vivienda y el psicólogo que emitió un informe sobre el estado de los menores, no tienen validez y el juicio se volverá a señalar, después de que los testigos y peritos vuelvan a ser citados "en dos ó tres meses".

PUÑETAZOS EN LA ESPALDA

Según el escrito de acusación de la Fiscalía, la acusada, E.V.A., el 16 de junio de 2015, tuvo una discusión con sus dos hijos menores de edad, de siete y ocho años de edad en el momento de los hechos, en el domicilio que compartían en Albacete, en el curso de la cual la acusada "golpeó con el puño en la espalda a su hijo, propinándole un fuerte estirón de orejas" y asimismo "golpeó con los puños y una escoba" a su otro hijo en la zona lumbar.

Como consecuencia de los hechos, uno de los menores sufrió una lesión consistente en hematoma en el borde del pabellón auricular, requiriendo para su curación únicamente de una primera asistencia médica y cinco días, y el otro sufrió dolor dorsal y hematoma en región lumbar, requiriendo para su curación únicamente de una primera asistencia médica y cinco días.

En el momento de producirse los hechos la acusada ejercía la guarda y custodia de sus hijos, en el domicilio.

Según la Fiscalía, estos hechos son constitutivos de dos delitos de lesiones en el ámbito familiar, y por ello solicita para la acusada un total de 18 meses de prisión,

prohibición de aproximarse a las víctimas a su domicilio en un radio inferior a 500 metros, y una indemnización de 400 euros.