México pide preservar el acuerdo de comercio con EE UU y que las deportaciones sean "ordenadas"

Donald Trump, presidente de Estados Unidos, y Enrique Peña Nieto, presidente de México.
Donald Trump, presidente de Estados Unidos, y Enrique Peña Nieto, presidente de México.
EFE
Donald Trump, presidente de Estados Unidos, y Enrique Peña Nieto, presidente de México.

El presidente de México, Enrique Peña Nieto, ha pedido este lunes preservar el libre comercio con Canadá y Estados Unidos y a mantener el comercio entre estas tres naciones libres de aranceles, en respuesta a los planes proteccionistas del presidente de EE UU Donald Trump.

La petición se produce un día después de que el nuevo presidente estadounidense anunciada una ronda de contactos para renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y el mismo día en que la Administración Tump ha anunciado la salida del país del acuerdo Transpacífico.

"Los intercambios comerciales entre los tres países han de estar exentos de cualquier arancel o cuota como ha ocurrido desde 2008", señaló el mandatario en un mensaje desde la residencia oficial de Los Pinos.

Ante la futura renegociación del TLCAN, el gobernante mexicano anunció que buscará "fortalecer la competitividad de Norteamérica y las cadenas regionales de suministro".

Por ello, apostó a seguir "incrementando exportaciones mexicanas a Estados Unidos y Canadá sobre una base de sana competencia y desarrollo de sectores de mayor valor agregado".

Subir los sueldos

Además, la revisión del tratado también ha de servir para mejorar los salarios de los empleados mexicanos, haciendo del comercio "un instrumento poderoso para proteger los empleos actuales y crear" más puestos de trabajo.

En su discurso, Peña Nieto también aseguró que protegería las inversiones en México, tanto las nacionales como las extranjeras, con el argumento de que el país es un "destino confiable y atractivo".

Aunque reconoció el derecho soberano de Estados Unidos de garantizar su seguridad, reiteró que México no "cree en los muros" y que su voluntad con EE UU, su principal socio con un intercambio comercial anual de más de 500.000 millones de dólares, es la de "tender puentes".

"Nuestra frontera debe ser nuestro mejor espacio de convivencia, un espacio de seguridad, prosperidad y desarrollo compartido", afirmó.

En la reunión que Peña Nieto celebrará con Trump este 31 de enero en Washington primará una visión "integral", explicó.

Deportaciones

Peña Nieto agregó que buscará una "negociación integral" con el nuevo Gobierno de EE UU que incluya todos los temas, y pidió que cualquier repatriación de indocumentados se lleve a cabo de "manera ordenada y coordinada".

"Llevaremos todos los temas", comercio, migración y seguridad, incluyendo la fronteriza, así como "las amenazas terroristas y el trafico ilegal de drogas, armas y efectivo", afirmó en un acto realizado en la residencia oficial de Los Pinos.

Entre los objetivos de la negociación, Peña Nieto dijo que buscará que "cualquier proceso de repatriación de migrantes indocumentados que realice el Gobierno de EE UU sea de manera ordenada y coordinada", y que los protocolos que se han alcanzado se mantengan y mejoren "siempre sobre la base de un trato digno y también respetuoso".

No es prioridad

Por su parte, el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, sugirió que el presidente Trump no tiene como "prioridad" deportar a los jóvenes indocumentados que llegaron al país siendo niños y a los que el exmandatario Barack Obama concedió un alivio migratorio.

El portavoz también dijo que Trump sigue decidido a "construir el muro" en la frontera con México y que "está haciendo todo lo que puede para instruir a las agencias y al Congreso para comenzar ese trabajo lo más pronto posible", sin dar más detalles.

En su primera conferencia de prensa diaria, Spicer fue preguntado sobre la posibilidad de que Trump acabe con la orden ejecutiva de Obama conocida como DACA, que protegió a los llamados "dreamers" ("soñadores"), jóvenes indocumentados que llegaron al país de niños.

"Lo primero que va a hacer es instruir a las agencias para que se centren en aquellos (indocumentados) que tengan un historial criminal o que presenten una amenaza para el pueblo estadounidense. Ésa va a ser la prioridad, y después vamos a seguir examinando qué hacer con el resto de gente que está aquí" ilegalmente, dijo Spicer.

Con esa breve respuesta, el portavoz no llegó a descartar que Trump pueda cancelar la orden ejecutiva de Obama, que ha permitido a unos 750.000 jóvenes indocumentados tener la garantía de que no serán deportados, aunque sin llegar a regularizar su situación migratoria, algo que solo puede hacer el Congreso estadounidense.

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