Duterte, presidente de Filipinas, llama "hijos de puta" a los obispos del país

  • Se trata del segundo ataque de Rodrigo Duterte en dos días, después de que el miércoles llamara "hipócritas" a sacerdotes y obispos.
  • Este nuevo ataque acentúa la guerra abierta del presidente contra la Iglesia, contraria a sus políticas y a su campaña antidroga.
Rodrigo Duterte, presidente de Filipinas.
Rodrigo Duterte, presidente de Filipinas.
WIKIPEDIA / Keith Kristoffer Bacongco
Rodrigo Duterte, presidente de Filipinas.

El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, llamó este jueves "hijos de puta" a los obispos del país, un ataque que acentúa su guerra contra la Iglesia Católica, contraria a sus políticas y en especial a su campaña antidroga.

Los obispos filipinos "pidieron coches de lujo a Gloria Macapagal-Arroyo —presidenta de 2001 a 2010— cuando la policía apenas tenía suficientes vehículos", criticó Duterte en un discurso televisado con motivo de la designación de nuevos cargos de la Policía Nacional (PNP). "Tenéis un (Mitsubishi) Pajero, sois unos hijos de puta", continuó el presidente, famoso por su incontinencia verbal, durante la ceremonia en el palacio presidencial de Malacañán frente a cientos de funcionarios de la PNP.

Rodrigo Duterte instó a los religiosos a respetar "la separación entre Iglesia y Estado" que marca la Constitución y también les acusó en su discurso del jueves de encubrir casos de abuso de menores y practicar "la homosexualidad". Se trata del segundo ataque de Duterte a la Iglesia en solo dos días, después de que el miércoles llamara "hipócritas" a sacerdotes y obispos y les invitara en tono sarcástico a probar el "shabú", la metanfetamina más popular del país, por oponerse a su polémica campaña antinarcóticos.

La "guerra contra las drogas", que ha causado más de 6.200 muertos desde junio a manos de policías y patrullas vecinales, se ha topado con una fuerte oposición de la Iglesia desde los púlpitos y a través de otras campañas como el despliegue de carteles de protesta en las parroquias.

Otro frente en la disputa abierta entre Gobierno e Iglesia es la política de planificación familiar de Duterte, que incluye, entre otras medidas, el reparto de preservativos en las escuelas para combatir el alarmante aumento de la propagación del VIH y los frecuentes embarazos no deseados. Tanto los clérigos como los políticos católicos más conservadores se han opuesto ferozmente a esta estrategia al considerar que fomenta la promiscuidad.

Su ataque contra la Iglesia filipina llega un día después de que Duterte enviara una carta de agradecimiento al papa Francisco por su visita al país en enero de 2015. La misiva del presidente, que tras aquella visita llamó "hijo de puta" al pontífice por haber contribuido a alterar el tráfico durante su estancia, fue entregada el miércoles en Roma por un representante oficial del Gobierno de Manila.

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