Martín Gutiérrez, el fotógrafo al que no importa ser él o ella

  • De padre guatemalteco y madre estadounidense, el artista no acepta que sea necesario revelar el sexo: a veces firma Martín y otras Martine.
  • Gutiérrez (1989) expone por primera vez en Europa fotos y vídeos que juegan con el travestismo, el debate de género y la identidad ambigua que ejerce.
  • Se define como 'espía, artista, popstar y viajero por la cultura contemporánea sexual y de genero' y quiere permanecer ajeno a las "dicotomías fabricadas".
Foto de la serie 'Girl friends' de Martin/Martine Gutiérrez
Foto de la serie 'Girl friends' de Martin/Martine Gutiérrez
© Martine Gutierrez - Courtesy Anna Marra Contemporanea
Foto de la serie 'Girl friends' de Martin/Martine Gutiérrez

"La sociedad perpetúa construcciones rígidas y dicotomías fabricadas como hombre contra mujer, gay contra hetero, minoría contra blancos, realidad contra fantasía, dominación contra sumisión. Mi interpretación de estos constructos es subjetiva y no inmutable. La realidad, como el género, es ambigua porque existe de manera fluida", dice el artista Martín Gutiérrez (EE UU, 1989), que a veces, cuando simplemente le apetece, prefiere llamarse y que le llamen Martine.

El joven, de padre guatemalteco y madre estadounidense, muestra por primera vez en Europa una retrospectiva de su obra, sobre todo vídeos —tiene un canal online muy activo, Martine TV— y fotografías que ponen en entredicho los roles, apuestan por la ambigüedad y reclaman la libertad para permanecer ajeno a los géneros sexuales definidos.

La exposición, en la galería Anna Marra Contemporánea de Roma hasta el 22 de febrero, se titula Humannequin —Gutiérrez se considera a sí mismo un maniquí adaptable— y presenta una selección de tres de las series fotográficas del autor queer, Line Ups, Girl Friends y Real Dolls. En todas es él mismo el protagonista principal, con la ayuda de muñecas y maniquíes con los que compone escenografías y montajes.

Deseando que el espectador entre a "cuestionar sus propias percepciones sobre sexo y grupos sociales", este creador subversivo —se define como "espía, artista, popstar y viajero por la cultura contemporánea sexual y de genero" y produce cada trabajo como "documentación de una actuación transformadora" relacionada con el debate sobre la identidad.

'Lo que significa ser genuino'

"Estoy interesado en cada faceta de lo que significa ser genuino", añade resaltando que le importa poco el debate sobre la identidad de género. "El género es un tema inherente a mi trabajo, pero no lo veo como un límite. Los únicos límites profundos son los que imponemos nosotros mismos".

Con imágenes en las cuales resulta difícil distinguir lo real de lo preparado con intención, la artista se retrata entre maniquíes o como maniquí. A primera vista, el observador es incapaz de distinguir dónde está el creador y quiénes son sus dobles. En las cuatro fotografías de formato medio de la serie Line Ups (2014), Gutiérrez aprovecha la uniformidad de los trajes de colegialas o la ropa de noche femenina —todo el vestuario es confeccionado por el artista— para provocar un disimulo de la identidad.

Poses chocantes en ambientes domésticos

Animando a una reflexión sobre características femeninas estereotípicas como el glamour, el deseo y la sensualidad, en Girl Friends interactua con un maniquí en escenificaciones que parecen imágenes cinematográficas, y en Real Dolls asume el papel de muñeca sexual de tamaño natural que coloca en poses chocantes pero en ambientes domésticos y situaciones chocantes que van desde la belleza a la extravagancia, de la elegancia a la excentricidad, del deseo a la brutalidad.

El artista se mezcla y mimetiza con las muñecas, a las que bautiza con nombres comunes —Anita, Marie, Rosella, Palma, Mimi, Raquel...— para mostrar que ser una mujer inanimada de plástico y compartir sus accesorios, vestuario y maquillaje o emular sus expresiones faciales tiene el mismo sentido absurdo que imponer una identidad o un género determinados.

'Derecho fundamental y signo de civilización'

Gutiérrez quiere demostrar que "la búsqueda de la propia identidad es un derecho fundamental e inalienable de cada persona y la autodeterminación personal es legítima y un signo de civilización".

El maniquí, hombre o mujer, es el medio a través del cual el artista crea un alter ego, una especie de "conciencia crítica" que demuestra que todos vivimos en sociedad, dicen los organizadores de la exposición de Roma. Las muñecas de Gutiérrez no actúan en "papeles estériles, sino que muestran silenciosamente que la realidad no es siempre la que parece y que es necesario mirar más allá de las apariencias para apreciar la verdad".

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