El cubano que logró entrar en EE UU antes del fin de 'Pies secos, pies mojados': "Soy el último"

José Antonio Batista Silva se convirtió la noche de este jueves en el último cubano en entrar en Estados Unidos antes del fin de la política que concedía residencia automática a los isleños. Visiblemente emocionado, el hombre, de 35 años, relató lo que le dijo el oficial de aduanas: "Me dijo que yo soy el último".

Este jueves, la Administración Obama dio por terminada la política de admisión de cubanos en territorio estadounidense. Lo hizo de forma sorpresiva, para evitar avalanchas de inmigrantes que quisieran entrar en el país.

La política era conocida como Pies secos, pies mojados y concedía residencia a los cubanos incluso si entraban de forma ilegal en el país. Quedaban admitidos si llegaban por tierra (pies secos) pero rechazados si eran interceptados en el mar camino de los EE UU (pies mojados).

Las cámaras de Univisión entrevistaron a Batista Silva cuando salió de las oficinas de Inmigración del cruce fronterizo de Laredo, Texas, limítrofe con México.

"¿Qué te dijo el oficial?" le preguntaron, a lo que respondió: "Que soy el último". Agregó que le explicaron que la nueva ley había entrado en vigor a las cuatro de la tarde del jueves, lo que ocasionó que otras personas que habían entrado después de él se habían quedado retenidas en la frontera, sin posibilidad de entrar. Según el periodista de la cadena, Batista Silva se iba a dirigir a Kansas City, donde le esperaban algunos familiares.

Fin de una ventaja

Ideada por el Gobierno de Bill Clinton en 1995, suponía una clara ventaja, de carácter netamente ideológico, para la comunidad cubana frente a los inmigrantes de otros países, que deben cumplir las estrictas leyes migratorias para poder quedarse en Estados Unidos.

Este giro en la política migratoria de Estados Unidos hacia los cubanos obedece al diálogo que ambos países iniciaron el 17 de diciembre de 2014 para normalizar las relaciones bilaterales y derribar así el último muro de la Guerra Fría en el continente americano.

La posibilidad de que la Casa Blanca revirtiera lo que ha definido como una política de "una era diferente" ha propiciado en el último año un éxodo de cubanos que se han lanzando a una peligrosa aventura por la región para cruzar la frontera mexicana hacia Estados Unidos.

A medio camino

Según informa Efe, la mayoría de los inmigrantes cubanos a los que la noticia ha cogido a medio camino se encuentran en Centroamérica. Los países de la región cerraron temporalmente las fronteras para frenar un flujo de llegadas sin precedentes.

Los que se han quedado en Panamá han advertido de que hay muchos más detrás. "Vienen más cubanos con niños, embarazadas, personas mayores", ha contado Gabriel Alejandro Marín, que forma parte de un grupo de 50 inmigrantes que están en Ciudad de Panamá. "Hemos vendido todos los muebles para esto", ha subrayado.

Para Iván Díaz, que salió de Cuba hace tres meses con su mujer, ha sido un "shock", "como que te quiten el oxígeno". Salió con 25.000 dólares, a los que contribuyeron familiares desde Miami, y ahora solo tiene diez dólares en el bolsillo para llegar hasta Laredo, en la frontera mexicana: "Algo se podrá hacer y, si no, que me deporten".

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