Daniel Ortega inicia un polémico cuarto mandato, ahora junto a su esposa

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, con su esposa y entonces candidata a vicepresidenta, Rosario Murillo, tras votar el 6 de noviembre de 2016. Ortega se presentó a la reelección con el camino despejado, pues la candidatura de sus principales opositores fue anulada.
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, con su esposa y entonces candidata a vicepresidenta, Rosario Murillo, tras votar el 6 de noviembre de 2016. Ortega se presentó a la reelección con el camino despejado, pues la candidatura de sus principales opositores fue anulada.
EFE
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, con su esposa y entonces candidata a vicepresidenta, Rosario Murillo, tras votar el 6 de noviembre de 2016. Ortega se presentó a la reelección con el camino despejado, pues la candidatura de sus principales opositores fue anulada.

Daniel Ortega inició este martes su cuarto mandato como presidente de Nicaragua con un discurso en el que prometió que gobernará con todas las fuerzas económicas, sociales y políticas del país, ahora con su esposa como vicepresidenta.

El nuevo mandato del líder sandinista, de 71 años de edad, el tercero consecutivo para él, será de cinco años como los anteriores.

Tras ser investido para dirigir Nicaragua hasta el año 2022, y en presencia de sus aliados y homólogos Nicolás Maduro, de Venezuela, y Evo Morales, de Bolivia, Ortega expresó su compromiso "de seguir trabajando en unidad por el bienestar de nuestro pueblo", el segundo más empobrecido de América Latina.

"Vamos a seguir fortaleciendo esa gran alianza" con empresarios y sindicatos, señaló en su largo discurso de investidura, ante la presencia de cinco jefes de Estado y de Gobierno.

En su intervención de más de una hora, Ortega también saludó a Maduro, y recordó y elogió a su antecesor, el fallecido Hugo Chávez, sus principales aliados políticos y económicos desde que retornó al poder en enero de 2007.

Ortega pronunció este discurso en la Plaza de la Revolución, en el antiguo centro de Managua y donde los sandinistas celebraron el 19 de julio de 1979 el derrocamiento de la dinastía de los Somoza, que gobernó Nicaragua durante 42 años.

El líder sandinista recibió la banda presidencial del nuevo presidente de la Asamblea Nacional, el oficialista y líder sindical Gustavo Porras, en una ceremonia a la que asistieron además la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen; el mandatario de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, y el de Honduras, Juan Orlando Hernández.

Antes de que hiciese el juramento de rigor y la promesa de respetar la Constitución de la República y las leyes, juró su cargo la nueva vicepresidenta, la influyente Rosario Murillo.

El matrimonio Ortega-Murillo es la primera pareja en ocupar la presidencia y vicepresidencia en la historia de Nicaragua. Previamente a su discurso, Ortega dijo que "las mujeres no están para tener un esparadrapo en la boca, no están para estar amordazadas", e invitó a su esposa a dirigirse a la audiencia.

La flamante vicepresidenta agradeció a Dios y a las familias nicaragüenses "por este nuevo día, por estos tiempos de gloria y de victoria". También agradeció a la juventud "que representa tanta esperanza, tanta certeza para nuestra Nicaragua bendita y libre", así como a las mujeres nicaragüenses.

"Vamos juntas conscientes de todo lo que nos falta, vamos juntas, vamos adelante. Las mujeres hemos avanzado, hemos crecido, hemos aprendido y tenemos el futuro por delante para crearlo juntas", subrayó Murillo.

Elecciones sin la oposición

Ortega asumió su cuarto mandato, el tercero desde que en 2007 retornó al poder, en una ceremonia a la que también acudió el secretario de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica de España, Fernando García-Casas; y el considerado "número tres" del régimen norcoreano, Choe Ryong-hae.

La fórmula compuesta por Ortega y Murillo ganó ampliamente las elecciones generales del 6 de noviembre pasado, en medio de fuertes críticas por la eliminación legal del principal grupo opositor, la prohibición de la observación electoral y un nivel de abstención nunca antes visto en el país centroamericano, que sin embargo no fue reconocido por el Consejo Supremo Electoral.

Ortega fue reelegido con el 71,5 % de los votos en esos comicios y su partido, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), obtuvo 70 de los 90 escaños en disputa en el Parlamento, cantidad suficiente para reformar la Carta Magna.

La ceremonia de investidura, que comenzó con una hora de retraso, fue precedida por cantos y bailes folclóricos.

El líder sandinista ya había dirigido el país de 1979 a 1990, primero como coordinador de una Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional y los últimos cinco años de ese período como jefe de Estado.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento