En un comunicado, el colectivo de comerciantes expone que los contenedores hidráulicos instalados en el casco histórico "tienen una capacidad insuficiente para la cantidad de bolsas de basura que se depositan en ellos, además de que sus averías son un continuo y ello lleva a la acumulación de basura en los alrededores de los mismos, provocando una mala imagen de la ciudad y un gran inconveniente para comercios, vecinos y turistas".

Por otro lado, los grafitis son un problema que "asola a comercios y empresas del centro de la ciudad". "Puertas, muros o fachadas amanecen con pintadas cada día en Sevilla y la soluciones propuestas por Lipasam para el comercio son insuficientes, siempre y cuando las autoridades pertinentes no sancionen y actúen contra los grafiteros", denuncian los comerciantes.

Además, avisan de que los camiones y mangueras utilizadas por los trabajadores de Lipasam "causan constantes daños en las calles, con desplazamientos de mobiliario urbano, manchas en escaparates comerciales y daños en esquinas de las tan típicas vías angostas de Sevilla".

"Y por supuesto, las calles sucias son, junto con las papeleras desbordadas de basura en todo el centro histórico causantes de una antiestética y pobre imagen de ciudad", señalan los comerciantes, que se muestran su "descontento hacia Lipasam".