Mark Hamill, sobre Carrie Fisher: "Era complicada, pero sin ella la vida habría sido más gris"

  • "Cuando estaba de buenas era la persona más divertida del planeta. Luego podías girar 180", ha escrito en The Hollywood Reporter.
  • "Ocupamos un lugar único en nuestras respectivas vidas. Fue como si estuviéramos en una banda juntos que, de algún modo, tuvo un éxito enorme".
  • "Hacerla reir era como una insignia al honor", cuenta. "Hacíamos locuras, creo que era una autodefensa para ella".
  • PERFIL: la actriz que nunca pudo escapar de su personaje de princesa galáctica
Mark Hamill y Carrie Fisher, en sus papeles de Luke Skywalker y la princesa Leia, en Star Wars: Una nueva esperanza (1977).
Mark Hamill y Carrie Fisher, en sus papeles de Luke Skywalker y la princesa Leia, en Star Wars: Una nueva esperanza (1977).
GTRES
Mark Hamill y Carrie Fisher, en sus papeles de Luke Skywalker y la princesa Leia, en Star Wars: Una nueva esperanza (1977).

El actor Mark Hamill, conocido por su papel de Luke Skywalker, publicó este lunes un escrito en el que rindió homenaje a su compañera de Star Wars, Carrie Fisher, en el que recordó cómo su amiga hizo su vida especial y lo mucho que le gustaba hacer reír a la fallecida actriz.

"Carrie Fisher se entregaba a la alegría, la diversión y a aprovechar la vida (...) Yo hacía cosas locas para divertirla en el set de rodaje. Hacerla reír era siempre una medalla de honor", afirmó Hamill en un texto divulgado este lunes por The Hollywood Reporter.

El intérprete recordó que conoció a la actriz cuando ella sólo tenía 19 años, poco antes de rodar el primer filme de Star Wars, pero aseguró que le llamó la atención lo "honesta" y "brutalmente cándida" que era.

"Carrie y yo ocupamos un lugar único en nuestras respectivas vidas. Fue como si estuviéramos en una banda de garaje juntos que, de algún modo, tuvo un éxito enorme", añadió.

"Nos conocimos cenando", dice Hamill, que explica que él ya había estado "en Africa con Sir Alec Guiness y los robots" y solo le quedaba conocer a Carrie. Ella tenía 19 y él, que tenía 24, pensó que trabajar con ella sería como hacerlo "con una colegiala".

"Pero me sorprendió totalmente. Ella era tan natural, divertida y abierta. Tenía una manera de ser tan brutalmente sincera. Aababa de conocerla pero fue como si la conociera desde hace diez años. Me contaba cosas de su padrastro, de su mamá, de Eddie Fisher: era simplemente desgarradora en los detalles. Yo pensaba: "¿Se supone que debo saber esto?" Es decir, yo no lo habría compartido ni con gente a quien conociera por años. Pero ella era diferente. Te absorbía a su mundo".

Ambos se vieron envueltos en un fenómeno que les pilló desprevenidos, pues no imaginaban el impacto que tendrá  Star Wars: Una nueva esperanza (1977).

Hamill recuerda cómo un día llegaron a Chicago, en medio de la promoción, y vieron a multitud de gente en el aeropuerto esperando a "alguien famoso". "Estaba mirando quién podría ser y entonces, entre la multitud, vi a un niño vestido con el chaleco de Han Solo (Harrison Ford). Y luego vi a una chica vestida como la princesa Leia (Carrie Fisher). Y dije: 'Oh, dios mío, Carrie, hay alguien que viste exactamente como tú. ¡Lleva un peinado de rodetes!", escribió el actor.

Hacerla reír era un honor

Hamill recordó cómo disfrutaba hacer reír a la actriz, para lo cual "no había límites" y cómo tomaba como una "insignia de honor"cada vez que lo lograba.

"Yo hacía locuras para entretenerla en el set. Hacerla reir era como conseguir una insignia al honor. Hasta donde llegaba para lograrlo... no había límites. La quería y amaba hacerla reir", recuerda Hamill.

"Hacíamos locuras pero no estábamos locos. De alguna manera, ea un mecanismo de autodefensa para ella. Lo usaba como protección. Parte de lo conmovedor en ella era su vulnerabilidad, un atisbo de niña pequeña que despertó mi lado protector".

Asimismo, el actor se mostró agradecido de que siguieran siendo amigos a lo largo de los años y de que se reencontraran en el relanzamiento de la saga con Star Wars: el despertar de la fuerza (2015).

Carrie Fisher, la icónica princesa Leia, murió el pasado martes en Los Ángeles a los 60 años tras sufrir un ataque de corazón en un avión. Su madre, Debbie Reynolds, la protagonista de Cantando bajo la lluvia (1952), falleció tan sólo un día después, a los 84 años, debido a un derrame cerebral cuando se encontraba también en la ciudad californiana.

"Cuando estaba de buenas era la persona más divertida del planeta. Podía hacer que te sintieras la cosa más importante en su vida. Creo que esa es una cualidad muy espaecial y poco frecuente", cuenta Hamill al final de su escrito.

"Pero luego podías girar 180 grados y ahí estábamos los dos furiosos sin hablarnos durante semanas. Pero eso es parte de la relación. No era de una cara. Como yo digo, ella era complicada de llevar. Era de "mucho mantenimiento". Pero la vida habría sido mucho más gris y menos interesante si ella no hubiera sido la amiga que fue".

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