Diferentes centros educativos de la provincia de Granada han parado hoy durante varios minutos en repulsa por el intento de agresión y las amenazas sufridos por una maestra del
colegio Santa Juliana del barrio de La Chana, en la capital, que fue recriminada por la madre de un alumno de 3 años.
La Junta de Personal Docente de Granada, que representa a todo el profesorado de la provincia, había convocado actos de repulsa contra la violencia escolar y
en solidaridad con el profesorado de este centro de Educación Infantil y Primaria, según ha manifestado su presidenta, Juana Caballero.
El sindicato CO OO informó de que los hechos tuvieron lugar después que la tutora de un niño de 3 años, que
mostró una actitud extraña durante un espectáculo de guiñoles, optara por llevarlo al aula e intentara tranquilizarlo.
Un día después su madre acudió al colegio "fuera de sí" e "insultó y amenazó gravemente" a la maestra delante de otros alumnos y sus padres, algo que repitió a la salida de clase, momento en el que además
intentó agredir a la maestra, según CCOO, lo que evitó el director del colegio al interponerse entre ambas, por lo que también recibió "insultos e improperios".
Durante el acto de repulsa, celebrado hoy a las 9.00 horas, el director del CEIP Santa Juliana ha informado de que el alumno cuya madre intentó agredir a la maestra
ya ha sido escolarizado en otro centro educativo.
El personal docente entiende que estos hechos son "lamentables" y ha considerado que
alteran "gravemente" la convivencia en un centro escolar, de ahí que se apueste por una educación definida desde el respeto a las diferencias y tolerante, en la que todos, agentes sociales, padres, alumnado y profesorado, puedan participar.
Caballero ha dicho que se deben
tomar medidas para que los centros educativos puedan ser espacios de paz y convivencia donde predominen los valores de respeto, solidaridad, compañerismo, trabajo y desaparezca toda agresión de violencia.
La Junta de Personal Docente apuesta por plantear un debate de la situación de la enseñanza en Andalucía puesto que
la profesión se perfila cada vez más compleja, no sólo por las exigencias laborales, sino por la violencia existente en las aulas.
En este sentido, también han denunciado la
violencia de baja intensidad (insultos, amenazas o coacciones), que pasa desapercibida para la Administración, que de forma "irrenunciable" debería personarse como acusación particular en los casos en los que un docente sea agredido.
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