Gran exposición en Nueva York sobre Martin Scorsese, la 'fuerza vital del cine moderno'

Scorsese (izquierda) da instrucciones a Robert De Niro durante el rodaje, en 1976, de 'Taxi Driver'
Scorsese (izquierda) da instrucciones a Robert De Niro durante el rodaje, en 1976, de 'Taxi Driver'
Sikelia Productions
Scorsese (izquierda) da instrucciones a Robert De Niro durante el rodaje, en 1976, de 'Taxi Driver'

Vendían por ahí un pin para llevar colgado que contiene algo más que una proclama de fidelidad. Dice: Scorsese Is God (Scorsese es Dios). Aunque otorgar la divinidad es a estas alturas un recurso, además de arrogante, muy manido, quizá en el caso de Martin Marcantonio Luciano Scorsese, al que todos conocemos con el primer nombre y el apellido, merezca más que casi ningún otro artista del siglo XX la condición de deidad.

Scorsese es, como dicen estos días en Nueva York, la "fuerza vital del cine moderno", el gran renovador y el nutriente básico del que vive la imagen contemporánea y sus narrativas, incluyendo las tres cuartas partes, por apuntar bajo, de las teleseries que vuelven locas a las nuevas audiencias sin ganas de perder el tiempo ejercitando la memoria.

El Museo de la Imagen en Movimiento de Nueva York acaba de inaugurar una antología temática sobre el universo del director más premiado y aplaudido —pocos tienen su currículo y sus películas han recibido 75 nominaciones a los premios de la Academia, con 20 ganados, y 80 a los BAFTA, con 23 victorias—, que ha asistido a la inauguración del evento, en cartel hasta el 23 de abril. Es la primera vez que Scorese exhibe material privado de sus archivos.

En la exposición pueden verse desde piezas de vestuario —la camisa que usó en El cabo del miedo (1991) el actor totémico de la mejor época de Scorsese, Robert de Niro; uno de los pares de guantes de boxeo que el mismo protagonista llevó para el rodaje de Toro salvaje; trajes de Cate Blanchet para El aviador (2004), de Leonardo diCaprio para Gangs of New York (2002)...— y un apartado dedicado a Little Italy (Nueva York), el barrio de inmigrantes italianos donde Scorsese creció con sus padres, los emigrantes de Palermo, Charles Scorsese (1913–1993) y Catherine Cappa (1912–1997), ambos actores que tuvieron que trabajar como sastre y camarera, respectivamente, tras llegar a los EE UU.

Organizada por varias cinematecas nacionales, lo que da una idea de la universalidad de la opinión, como sostienen en el museo de la ciudad natal del director, de que Él es el cine, la exposición se basa en la idea de que Scorsese es "uno de los más influyentes cineastas de nuestro tiempo", por su "amplia gama de trabajos", que son a la vez "personales" y "enraizados en una comprensión profunda del arte y la historia del cine".

Neurosis hacia la perfección

Con la colección personal del realizador como material nutriente, en la muestra hay material de producción, vestuario, accesorios, recreaciones de sets de rodaje, fotos fijas, storyboards, guiones, carteles —Scorsese tiene uno de los conjuntos más notables del mundo—, recuerdos de niñez y una instalación audiovisual con un montaje sobre su forma de trabajo, rayana con la neurosis en busca de la perfección.

Ofreciendo una "comprensión completa de la carrera" de este "incansable estilista sin precedentes" en la historia del cine, también se analizan los temas recurrentes que ha explotado una y otra vez desde puntos de vista diferentes pero con la misma mirada: familia, hermanos, hombres y mujeres, héroes solitarios, Nueva York, música y cinefilia.

Itinerancia

La exposición, coorganizada por la Deutsche Kinemathek - Museum für Film und Fernsehen de Berlín, donde se estrenó, ha viajado al Museo Nazionale del Cine de Turín, la Cinemateca Francesa de París, el Centro Australiano para la Imagen en Movimiento y Centro Cultural Caermersklooster de Gante.

En la parada neoyorquina ampliará contenidos con material de la nueva película del director, Silence, una adaptación, de estreno inminente, de la novela de Shūsaku Endō sobre dos misioneros cristianos portugueses que viajan a Japón durante el siglo XVII.

La familia como refugio

La exposición exhibe en su primer apartado una maqueta del barrio con las muchas localizaciones donde transcurren las películas de Scorsese, un autor obsesionado con la familia como refugio, la hermandad como alianza eterna e inviolable, la religión católica y las difíciles relaciones entre hombres y mujeres en un ambiente donde ambos sexos eran obligados a crecer sin contacto.

El segundo bloque está dedicado a la profunda cinefilia de Scorsese, un director que conoce al dedillo la historia de las películas y sus creadores y que ha destacado en público como un defensor de la conservación de las copias originales de los filmes clásicos.

Colaboración con Bass y Herrmann

Se ahonda también en la colaboración que ha mantenido con profesionales míticos, como el compositor Bernard Herrmann, que escribió la música para Taxi Driver (1976), y Saul Bass, el mejor diseñador de títulos de crédito de la historia, que se encargó de muchos de la filmografía de Scorsese.

El tercer y último capítulo explora la obra del directos desde un punto de vista estético y de composición de planos y secuencias a través de su larga colaboración con directores de fotografía como Michael Ballhaus y Robert Richardson y con su montadora y mano derecha Thelma Schoonmaker, cuyo estilo ha sido decisivo para marcar el look de Scorsese. En esta sección hay fotos previas al rodaje, diagramas de tiros de cámara y escaletas de montaje.

Carteo con De Niro

Entre el material más novedoso destacan las cartas en las que De Niro y Scorsese intercambiaban ideas para desarrollar personajes complejos como los interpretados por el actor en Taxi Driver y Uno de los nuestros (1990); los storyboards dibujados por el propio director para Malas Calles (1973) y El aviador, y el primer guión de la carrera del cineasta, Eternal City, que escribió y dibujó a los 11 años.

Como complemento a la exposición, el museo ha programado la retrospectiva en dos partes Martin Scorsese in the 21st Century (Martin Scorsese en el siglo XXI), que incluye la proyección de todas las películas del director en el presente milenio.

Para empezar con la misma idea del comienzo —la divinidad del realizador italoestadounidense—, merece la pena el visionado del exquisito montaje God's Point of View (El punto de vista de Dios), realizado, con planos cenitales y picados de las películas de Scorsese por Jorge Luengo Ruiz.

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