La acusación cree que las ruedas de reconocimiento bastan para condenar al presunto pederasta

Antonio Ortiz, el presunto pederasta de Ciudad Lineal.
Antonio Ortiz, el presunto pederasta de Ciudad Lineal.
EUROPA PRESS
Antonio Ortiz, el presunto pederasta de Ciudad Lineal.

Una de las acusaciones populares del juicio al presunto pederasta de Ciudad Lineal (Madrid) ha dicho hoy que las ruedas de reconocimiento donde las niñas le identificaron como su agresor serían una prueba "suficiente para condenar a Antonio Ángel Ortiz".

Lo ha hecho en la exposición de su informe final ante la Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Madrid, encargada de juzgar a Ortiz, de 44 años, para quien la Fiscalía pide 77 años de prisión por secuestrar y agredir sexualmente a cuatro niñas entre 2013 y 2014.

Según la letrada María Ángeles López, que representa a la Asociación Clara Campoamor, las ruedas de reconocimiento tienen total validez pues las niñas "no van a olvidar en su vida lo que sucedió". De esta forma se ha manifestado en contra de la defensa de Ortiz, que pretende solicitar la nulidad de esta prueba al creer que las niñas estaban condicionadas para señalar a Ortiz al haberle visto por televisión.

Todas las niñas apuntaron al acusado como el autor de los hechos, especialmente la menor de 6 años agredida en junio de 2014.

La letrada también ha solicitado que se le apliquen, en caso de ser declarado culpable, los permisos penitenciarios de manera individual por cada delito y no por el total de las penas, lo que le dificultaría salir de la cárcel con permisos.

Esta abogada ha solicitado 78 años y medio para Ortiz, mientras que la letrada de la Asociación Laxshmi para la Lucha contra el Crimen y la Prevención, María Inmaculada Jiménez, ha pedido 115 años y tres meses.

Por su parte, la abogada de la menor conocida como TP4, Beatriz Cubero, que solicita para Ortiz 26 años de cárcel, ha recordado que las manifestaciones de la niña fueron "claras en cuanto a quién es el autor", si bien ha reconocido que no esclarece dónde sucedieron los hechos pese a que la niña dijo que fue en una casa con paredes blanca. Esta descripción coincide con el piso de la calle Santa Virgilia donde el acusado agredió presuntamente a dos menores, aunque no existen pruebas que lo demuestren.

Esta niña fue la que más secuelas físicas sufrió: tuvo que ser intervenida quirúrgicamente por lesiones de máximo grado y estuvo ingresada durante diez días en el Hospital La Paz de Madrid.

La otra acusación particular, que representa a la menor conocida como TP3, el letrado José Antonio Tuero, acusó ayer a Ortiz de poner en peligro la vida de algunas de las niñas al haberles suministrado medicamentos psicotrópicos que, por su edad y peso, podrían haberles causado la muerte. Por ello, al imputarle dos delitos de homicidio en grado de tentativa, solicita 126 años de cárcel.

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