Jorge Sanz: "Me han dicho muchas veces que me quedaban noventa minutos de vida"

  • "Antes de empezar a llorar me provocaba arcadas; lo de pellizcarme un huevo es una exageración", dice el actor que se sube a escena con 'Tiempo'.
  • "Da igual lo que hayas hecho durante toda tu vida, lo que importa es el último titular que dejes".
  • "Al final ¿qué te queda, dónde vas y qué haces si te quedan 90 minutos de vida?"
El actor Jorge Sanz durante una entrevista para 20minutos.
El actor Jorge Sanz durante una entrevista para 20minutos.
JORGE PARÍS
El actor Jorge Sanz durante una entrevista para 20minutos.

Solo noventa minutos de vida le quedan al personaje que interpreta Jorge Sanz en el teatro Cofidís Alcázar en la obra Tiempo. Un monólogo puro y duro, en el que, más que toques de humor, lo que hay es cierta retranca. Así lo dice el actor, que tras el batacazo de la última película en la que ha participado, la de Trueba, se sube casi de inmediato a las tablas.

El mismo día del estreno por la mañana nos recibe y, aunque lleva 40 años interpretando: empezó a los nueve, confiesa que el agujero en el estómago antes de salir a escena no se va nunca.

Curtido y con una vida llena de altibajos, la habitual del cómico, pero en su caso con más aristas y mordeduras, se le notan los arañazos. Los de dentro, los mismos a los que recurre desde niño, para llorar cuando actúa.

¿Cuánto tarda en concentrarse?

Es un trabajo anterior y luego ser actor es o muy fácil o imposible. Para quienes es imposible hacen respiraciones, ejercicios..., se pegan. Para mí cuando lo interiorizo y lo sufro ya me cuesta poco. Es que llevo haciéndolo desde los 9 años.

¿Y meterse en el de alguien en sus últimos momentos de vida también ha sido fácil?

Es un trabajo de actor puro, rompes la cuarta pared, te diriges al público y tienes que convencerlos, contarles una batallita.

Pero menuda batallita...

Sí, muy compleja de contar y de que entren al trapo.

Plantea algo que da pánico al ser humano...

Sí, que el progreso ha llegado a tal punto que te pueden decir con exactitud en qué momento exacto te vas a morir, cuánto te queda de vida y al personaje le quedan 90 minutos.

¿Le ha llevado a pensar en esos últimos 90 minutos?

Sí, pero yo lo tengo muy claro, mientras no me lo digan... Yo tengo una teoría, que es una porquería de teoría, pero que es mi teoría, y es que da igual lo que hayas hecho durante toda tu vida, lo que importa es el último titular. Yo ya me he visto en varias ocasiones que me han dicho que me quedaban 90 minutos de vida, y mira.

Y cuando se lo han dicho, ¿cómo ha reaccionado?

No te lo crees, y luego te lo pasas por el forro de los cojones. Cuando te dicen esto cada uno tiene su mochila y cada uno haría una cosa. Yo le doy vueltas y todavía no sé qué haría si me quedaran 90 minutos de vida. Posiblemente si me dijeran que estoy en el teatro Alcázar y que no me puedo mover, haría lo mismo que el personaje y es que ya que no me queda nada, ahora puedo decir lo que quiera, ¿no? Pues eso haría.

¿Qué es más satisfactorio conseguir que el público llore o que ría?

En teatro es muy difícil hacer llorar a la gente. En cine es más difícil hacer reír, de hecho la comedia en cine está considera casi como un arte menor y es al revés. En cine es más complicado, la fotogenia y la tecnología, y eso no lo tiene el teatro.

¿Cómo se provocaba el llanto de niño?

Empecé en unos años que era muy duro el oficio del cine que te decían: piensa que se muere tu madre, o que alguien pellizque al niño. De hecho en la primera película, con nueve años, ya me hicieron fumar en el casting. Pero yo decía: no quiero sufrir, quiero pasarlo bien y buscas trucos para no tener que pensar que se muere tu madre cada vez que haces una toma. Y luego la vida, el tiempo, la edad luego te da motivos de sobra para echarte a llorar enseguida.

¿Qué método encontró?

Con 9 años yo no quería que me pellizcaran y pensé ¿cuando lloro yo?, pues cuando me sienta algo mal y voy a vomitar. Pues antes de empezar a llorar me provocaba arcadas porque eso me hacía llorar. Lo de cogerse un huevo y pellizcarse es una exageración. Y sería demasiado fácil, mi método es mucho más sofisticado.

¿Es de esta obra de la que más orgullo siente?

En teatro, sí. Uno hace lo que puede y quiere entretener y contar batallitas, que para eso dedicamos la vida.

Y hacer pensar, ¿no?

Sí, tan importante es como lo otro. Se trata de que la gente se olvide de sus problemas cotidianos y piense en el amor, en que la vida pasa y al final ¿qué te queda, dónde vas y qué haces si te quedan 90 minutos de vida?

Antes hablaba de cuando tenía 9 años, ¿cómo empezó su carrera?

La profesión me eligió, gracias a una dama pequeñita que me sacó del cole y me llevó a un casting para La miel. Después de muchas pruebas me dijeron que no, y me crucé con la actriz Amelia de la Torre y me volvió a meter. Gracias a eso estoy aquí. Y así descubrí una profesión que me apasiona y que no cambiaría por nada del mundo.

Y muy dura también...

Sí, pero qué bonita; imagina una vida llana y plana sin problemas, en la vida lo difícil no es no tener problemas lo difícil es tenerlos y chungos y saber solucionarlos.

¿Cómo se explica lo que ha ocurrido con la película de Trueba?

Es la película más bonita que he hecho en 40 años. Es un regalo para que la gente se entretenga.

¿Es entonces tan manipulable la gente?

Da igual, tenemos otros problemas.

Es que ese es un problema grave...

Pero el tiempo pone las cosas en su sitio. Cuando la gente la vea sin prejuicios dirá que es preciosa. Lo de Trueba fue una broma mal entendida. ¿Quieres mi opinión? Ahora es más importante el fútbol o que un actor bocachancla diga una tontería, pero eso no es importante. El malestar de la gente no lo creamos los actores. ¿Cuándo ha tenido TVE tertulias de fútbol los lunes y martes? Nunca ¿Y ahora? Nunca he visto tantas. Lo importante ahora de verdad es que los cineastas se están gastando el dinero de todos, y ¿sabes? el cine da más dinero al estado del que recibe, pero nosotros somos los subvencionados, y eso lo dicen unos que están subvencionados de por vida.

¿Le pasa su vida en imágenes con esta obra?

Continuamente interpretando a este personaje.

¿Y cómo ha pasado?

Rápido, muy rápido. He disfrutado mucho porque me he dedicado a lo que más me gusta y mejor sé hacer. Y he logrado que la gente me conozca por mi nombre. Y llevo 40 años, aunque haya épocas altas y bajas.

¿Se hace callo en las bajas?

Es cuando más aprendes. Hay cosas más importantes. Con el boicot a la película de Trueba puede que se arruine y tendrá que cerrar la productora, y no pasa nada, si hay alguien que sepa levantarse con la cabeza alta son los cineastas.

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