El conductor, una vez detenido, presentaba síntomas de encontrarse bajo la influencia de bebidas alcohólicas y se encontraba "en estado de gran agresividad", por lo que tuvo que ser reducido por la fuerza y fue acusado de
varios delitos
contra la seguridad vial.
Según una nota de prensa del Ayuntamiento de Gijón, fue una patrulla de motoristas de la Unidad de Tráfico de la Policía Local quien observó en la calle de Álvarez Garaya, sobre las 8.50 horas, un vehículo Opel Astra que circulaba de forma temeraria.
El conductor continuó su trayectoria, ya perseguido por los agentes, rebasando en rojo todos los semáforos por la plaza del Humedal y continuó por las calles de Palacio Valdés, Prendes Pando, avenida de Constitución, rotonda de Pumarín
y autovía Príncipe de Asturias, superando ampliamente la velocidad de 110 kilómetros por hora.
El conductor continuó por la autopista A-66, en sentido a Oviedo, en la que llegó a circular a una
velocidad superior a 200 kilómetros por hora, siendo seguido, a
partir
de ese momento, por la dotación de un coche patrulla de la unidad de Seguridad Ciudadana de la Policía Local. Ya en la autopista, al intentar tomar la salida de Lugones, el hombre perdió el control y chocó contra el guardarraíl, resultando ileso el conductor pero con importantes daños su coche.
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