Hans Feibusch, degenerado para los nazis y clásico muralista de iglesias en Inglaterra

  • Era uno de los pintores alemanes más conservadores y canónicos, pero la ascendencia judía bastó para que los nazis le calificasen como artista degenerado.
  • Emigrado al Reino Unido tras la llegada de Hitler al poder, se convirtió al cristianismo y fue el más importante pintor de murales religiosos de su época.
  • La obra en papel de Hans Feibusch (1898–1998) se expone por primera vez y revela un uso expresionista del color y el estilo clásico en los ropajes y pañerías.
Dibujo preparatorio para un mural mitológico de Hans Feibusch
Dibujo preparatorio para un mural mitológico de Hans Feibusch
Feibusch Studio, Gift of the Artist (1997) © By Permission of The Werthwhile Foundation
Dibujo preparatorio para un mural mitológico de Hans Feibusch

La obra del artista Hans Feibusch (1898–1998) tuvo que hacer frente a integrismos de signos diferentes pero similares intenciones. Pese a tratarse de un creador canónico, cercanos al clasicismo y sin militancia política sospechosa, los nazis incluyeron su nombre entre los artistas degenerados que pasaron a estar prohibidos porque eran "inmundos" según la retórica enloquecida de los seguidores de Hitler.

A diferencia de otros, condenados al ostracismo, el exilio forzoso para evitar la muerte o el retiro por sus creencias izquierdistas, anarquistas o simplemente liberales— o por practicar estilos que no entraban en el "gran arte alemán" y "limpio" que preconizaban los nazis—, Feibusch fue marcado solamente por su origen racial: había nacido en una familia de ascendencia judía.

El atentado con explosivos más potente del IRA

Muchos años más tarde, en 1993, cuando residía en en Reino Unido, a donde emigró en 1930 y cuya nacionalidad adquirió al poco, una de las obras más notables de Feisbuch, una Crucifixión en la iglesia londinense de St Ethelburga-Bishopsgate, fue destruida en el atentado con explosivos más potente de los cometidos por el IRA: la bomba estaba colocada en un camión, afectó a todos los inmuebles en 500 metros a la redonda —un muerto y 44 heridos, dado que la zona fue evacuada por sucesivas llamadas de aviso previas— y sirvió para establecer normativas de evacuación que luego fueron usadas en el 11-S.

Poco conocido pese a tratarse del más importante muralista religioso inglés de su época —se había convertido al catolicismo—, la exposición Hans Feibusch: The Unseen Drawings (Hans Feibusch: los dibujos nunca vistos) reúne una importante selección de obras en papel, entre ellas estudios, bocetos para murales y figuras clásicas de un artista que usaba el color a la manera expresionista pero que era fiel al canon académico en la composición y los detalles, sobre todo en la representación de los ropajes y la pañería de los personajes.

Donación de la obra del artista

La exposición se celebra en la Pallant House, coqueta galería de Chichester-West Sussex, entre el 18 de enero y el cinco de marzo de 2017. En 1997 el centro recibió la donación de todo el contenido del estudio del norte de Londres donde Feibusch trabajó durante décadas: fue establecido por el artista en 1938, el mismo año en que le concedieron la ciudadanía británica.

La colección de Feibusch de la Pallant House incluye alrededor de 80 pinturas, 50 esculturas, varios cientos de dibujos y estudios, copias de todas las litografías de su carrera, así como cuadernos, caballetes, muebles, libros, fotografías y material efímero. Son en total más de 1.700 obras de arte y objetos, el mayor conjunto de material del artista depositad0 en un solo lugar.

En el frente ruso en la I Guerra Mundial

Originario de Fráncfort del Meno, Feibusch nació de una pareja judía —el padre era cirujano dental y la madre, pintora aficionada—, luchó en el el ejército alemán en el frente ruso de la I Guerra Mundial y, una vez finalizado el trágico conflicto, estudió arte en Múnich y trabajó como ayudante en los talleres del expresionista berlinés Karl Hofer y, en París, con el cubista André Lhote en París.

Durante la década de los años veinte, el artista cumplió el sueño de su vida: viajar con calma y detenimiento por Italia para admirar in situ la obra de los maestros del Renacimiento a los que veneraba: Masaccio, Piero della Francesca y Benozzo Gozzoli, cuya influencia se puede ver en la obra de madurez de Feibusch. Cuando regresó a Alemania se encontró con dos realidades opuestas: un gran rebrote del arte de vanguardia y el ascenso político del nazismo.

Fue miembro del Grupo de Londres

En 1933, tras emigrar a Inglaterra para escapar de la persecución nazi y unirse al Grupo de Londres, un colectivo donde primaban la libertad y el antidogmatismo, comenzó su trabajo como muralista, tanto en temas míticos como religiosos.

Mientras tanto, los nazis incluyeron dos de sus obras en la exposición de 1937 en Múnich sobre arte degenerado. Ambas piezas, una de ellas un ángel flotando en el aire, desaparecieron. "Estoy seguro de que fueron destruidas", dijo el artista. "Una gran parte de mi trabajo tuvo el mismo destino, aunque algunas obras fueron localizadas más tarde. Pero tuve que dejar todo eso detrás de mí. Estaba agradecido de haber salido de Alemania e iniciar una nueva vida".

Llamó la atención del obispo Bell

Tras recibir el primer encargo como muralista religioso, El lavado de pies, para la Iglesia Metodista de Colliers Wood, el artista llamó la atención de George Bell, entonces obispo anglicano de Chichester, gran mecenas de las artes y apasionado por reunir en sus templos obras de artistas contemporáneos. Se convirtió en una figura importante en la vida profesional de Feibusch y fue responsable de encargar al pintor muchas comisiones importantes como el Bautismo de Cristo en la Catedral de Chichester.

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