Más de 100.000 personas participan en un experimento mundial de física cuántica

  • Los participantes han generado secuencias de ceros y unos a través de un videojuego que buscaba que esas cadenas fuesen lo más aleatorias posible.
  • De este modo, desde ordenadores particulares de todo el mundo, han proporcionado a los científicos millones de decisiones impredecibles e independientes.
  • Este experimento, realizado durante 48 horas el día 30 de noviembre, ha servido para refutar la teoría de Albert Einstein, que cuestionó la física cuántica.

Más de 100.000 personas han participado en el experimento mundial The BIG Bell Test, coordinado por el Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO) y que, según los científicos, ha servido para refutar la teoría de Albert Einstein, que cuestionó la física cuántica.

Los participantes lograron finalizar más de medio millón de partidas en un juego virtual y generaron más de 90 millones de bits, una cifra que triplica las expectativas iniciales del equipo científico, que buscaba que los voluntarios pulsasen unos y ceros aleatoriamente y de manera impredecible.

Coordinado por el ICFO, situado en Castelldefels (Barcelona), doce laboratorios de todo el mundo pusieron ayer en marcha The BIG Bell Test (worldwide quantum experiments powered by human randomness) con el objetivo de demostrar experimentalmente que el mundo microscópico es tan extraño como predice la física cuántica.

Según ha explicado el profesor del ICFO, Morgan Mitchell, la física cuántica dice que hay partículas que se comportan de manera aleatoria, que definen sus propiedades sólo cuando las observamos, extrañas conexiones inmediatas a distancia, teorías cuestionadaspor el físico Albert Einstein, que las rechazaba de pleno.

Durante las 48 horas en que ha sido 30 de noviembre en algún punto del planeta, los participantes han contribuido a la iniciativa generando secuencias de ceros y unos a través de un videojuego que buscaba que esas cadenas fuesen lo más aleatorias posible.

Cada uno de estos dígitos ha controlado directamente y en tiempo real las condiciones experimentales de los laboratorios. Así, los participantes, mediante sus bits, han movido espejos, filtros polarizadores, retardadores, elementos que se encuentran en una mesa óptica y han incidido sobre el tipo de medidas que se hacen sobre los diferentes sistemas cuánticos en cada laboratorio.

En este experimento inédito y pionero, los participantes han proporcionado a los científicos, desde ordenadores particulares de todo el mundo, millones de decisiones impredecibles e independientes con las que efectuar las medidas sobre sus partículas.

Según los investigadores del ICFO, esta independencia es una característica crucial para que las conclusiones de los test de Bell sean válidas. Mediante estas medidas facilitadas por los participantes, los científicos han tenido la posibilidad de comprobar si sus partículas estaban o no entrelazadas por la "acción fantasmal a distancia" que Einstein no podía aceptar.

El test de Bell consiste en que los experimentadores tienen que hacer sus medidas con la ayuda de las decisiones de los humanos y calcular el "parámetro de Bell" o parámetro S. Si el mundo es como dice Einstein, no aleatorio y sin acciones a distancia, entonces S no puede superar un valor de 2. Es decir, S tiene que ser siempre menor que 2. Una violación de esta desigualdad ("menor que" es desigualdad) indica presencia de fenómenos intrínsecamente cuánticos.

El experimento ha conseguido registrar más de 1.000 bits por segundo, de manera estable, durante varias horas. A primeras horas de la tarde ya algunos de los laboratorios habían logrado obtener resultados preliminares, confirmando haber violado la desigualdad de Bell y, por tanto, refutando a Einstein y dando completo apoyo a las predicciones de la física cuántica.

Mitchell ha comentado que "el proyecto ha requerido contribuciones de muchas personas en áreas muy diferentes: los científicos llevaron sus experimentos a nuevos límites, el público generosamente nos dio su tiempo contribuyendo a la ciencia y los educadores hallaron nuevas formas de comunicar y unir estos dos mundos".

"Estoy realmente encantado con todas las cosas diferentes que hemos aprendido gracias al BIG Bell Test", ha dicho Mitchell.

El investigador del ICFO e instigador del proyecto, Carlos Abellán, se ha mostrado entusiasmado: "El nivel de participación que hemos obtenido ayer para el BIG Bell Test es completamente asombroso y sin precedentes. Espero con gran expectación ver los resultados que recibiremos de todos los laboratorios".

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