El plan ha salido adelante con los votos de los cuatro socios de Gobierno (Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e Izquierda-Ezkerra), mientras que UPN, PSN y PPN han votado en contra.

El Plan de Inversiones Locales regulado por la presente ley se configura en tres apartados: programa de inversiones, programación local y libre determinación.

En concreto, el apartado de programa de inversiones, surtido con 34 millones, está destinado a actuaciones concretas en materias de abastecimiento de agua en alta (20,4 millones), tratamiento de residuos urbanos (9,5) e infraestructuras pasivas destinadas al despliegue de redes de acceso de banda ancha de nueva generación (4 millones).

El capítulo de programación local, al que se asignan 43 millones, se fundamenta en una clasificación en función del grado de necesidad de la inversión requerida, valorada "conforme a criterios técnicos y de justicia retributiva", de modo que se tengan en cuenta también las cantidades recibidas por habitante conforme al anterior PIL.

A su vez, se introducen principios de "interés social", a fin de "favorecer la adaptación de infraestructuras y dotaciones a las necesidades de las personas acogidas a la legislación sobre dependencia, discapacidad o problemas de movilidad, así como del alumnado de enseñanza obligatoria".

Para libre determinación, esto es, para actuaciones inversoras a definir libremente por las entidades locales beneficiarias, se reservan 23 millones, 17 de ellos para localidades de menos de 3.000 habitantes, a las que, "rompiendo con la filosofía de anteriores planes, se pretende primar atendiendo a su condición de zonas rurales o deprimidas".

UN PLAN DE "TRANSICIÓN"

En defensa del proyecto, la consejera de Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Administración Local del Gobierno foral, Isabel Elizalde, ha destacado que con este plan se busca "cubrir un vacío financiero de cuatro años duramente padecido por las entidades locales", así como "mejorar la calidad de vida de los pueblos y favorecer el mantenimiento de la población en el medio rural".

Ha remarcado que el plan "da cumplimiento al acuerdo programático firmado por las fuerzas que apoyan al Gobierno y que en su momento decidieron promover la elaboración de un plan de transición, en tanto no se apruebe una nueva fórmula de financiación de las entidades locales", que se abordará con la reforma local de Navarra.

Según ha expuesto la consejera, se prevé que "las bases fundamentales estén aprobadas para 2019, año en el que se podrá plantear un sistema de financiación diferente". "Se trata de un plan de transición que probablemente sea el último de estas características que se apruebe en Navarra", ha subrayado Elizalde, quien se ha mostrado "orgullosa" del plan.

EL CUATRIPARTITO DEFIENDE EL PLAN

En el turno de los grupos, el parlamentario de Geroa Bai Unai Hualde ha puesto en valor la "apuesta" de este plan por "corregir desequilibrios territoriales". En su opinión, "aun siendo transitorio, resulta tremendamente necesario para los próximos tres años para atender nuevas necesidades de inversión básicas que se han encontrado nuestras entidades locales y cerrar las que UPN dejó colgadas".

En representación de EH Bildu, Adolfo Araiz ha opinado que este plan supone "un paso adelante tras años de bloqueo al que sometió el Ejecutivo de UPN a la financiación y transferencias de capital" a las entidades locales, si bien ha reconocido que "difícilmente puede hacer frente a todas las necesidades". "Pero lo entendemos como un primer paso para desbloquear una situación generada por los anteriores gobiernos de UPN", ha incidido.

Desde Podemos, Rubén Velasco también ha considerado que se trata de "un plan de transición, ajustado a las circunstancias socioeconómicas actuales, comedido en su dotación, pero realista, aceptable y que además cuenta con el visto bueno de la Federación Navarra de Municipios y Concejos". Ha destacado, además, el "diseño" del plan, que "trata de aprender de problemas anteriores" y "objetivar mejor si cabe las inversiones".

Por parte de Izquierda-Ezkerra, Marisa de Simón ha admitido que el Plan de Inversiones Locales es "insuficiente", pero ha defendido que era "absolutamente necesario", ya que, según ha dicho, "aporta mejoras importantes a la ciudadanía y a la población en la medida que van a poder acceder a unos servicios municipales mejores, de más calidad y que van a llegar a más personas".

CRÍTICAS DE LA OPOSICIÓN

Por contra, la regionalista Mari Carmen Segura, que ha comenzado su intervención con unas palabras de recuerdo a Julián Isla, presidente de la Comunidad de Bardenas que murió el lunes, ha sido muy crítica con el plan y ha reprochado al cuatripartito que "si no ponen más fondos es porque no creen en este proyecto". Ha afirmado que no ve "ninguna de las bondades" que han expuesto y ha sostenido que "lo que se va a aprobar no es un plan de inversiones locales, sino que es una estafa a las entidades locales".

Por su parte, el parlamentario del PSN Santos Cerdán ha rebatido los argumentos dados por los cuatro grupos que defienden el plan y les ha recriminado que "lo que presentan a las entidades locales es peor que nunca". A su juicio, es "un plan insuficiente y escaso". "Lo que van a aprobar aquí va a ser un mal proyecto. Una cosa es lo que dicen y otra lo que hacen", ha aseverado.

Finalmente, el parlamentario del PPN Javier García, ha llamado al cuatripartito el "bloque del rodillo", dado que "han tumbado la mayoría de las enmiendas presentadas para tratar de reconducir" un plan, que a su entender es "injusto, insuficiente y sectario, alejado de las necesidades y las demandas".