El terrorismo recorre en España dos caminos distintos pero igual de peligrosos: el ‘terrorismo nacionalista’ de ETA y el ‘terrorismo religioso’ islamista. Aunque el primero lleva golpeando nuestro país cerca de 40 años –y sigue siendo hoy portada de los medios–, las estadísticas demuestran que el segundo, el yihadismo, está cobrando mucha más fuerza que el terror etarra.
Desde el 11 de marzo de 2004, fecha de los atentados de Atocha, la Policía española ha detenido a 335 personas en operaciones contra el terrorismo islamista (la cifra más elevada de Europa), cifra muy superior a los 225 etarras arrestados en suelo español desde ese día.
Estos datos han provocado que actualmente, por primera vez en España, haya en las cárceles más presos preventivos (a la espera de juicio o sentencia) por terrorismo islamista que por el terrorismo de ETA o de los Grapo. Los primeros suman 116, el 60% del total. Los otros (84) son etarras y algunos miembros del Grapo, un grupo que el Ministerio del Interior considera totalmente desarticulado tras las últimas detenciones de este verano.
Cambio desde el 11-M
"El cambio empezó a producirse a partir de los atentados del 11-M. Desde entonces se abrió con mayor fuerza un nuevo frente. Ha habido tantas detenciones en el ámbito del terrorismo islamista porque se está trabajando bien en acabar con la financiación, el reclutamiento y el proselitismo del yihadismo", explican a 20 minutos fuentes policiales.
Este "cambio" también se está viviendo en las cárceles. Aunque los presos ya condenados por terrorismo islamista (170) son todavía muy inferiores a los etarras (más de 450, más 43 de los Grapo), los informes que maneja la Policía no son muy halagüeños.
De los 66.313 reclusos que hay en las prisiones españolas, 22.733 (el 34,2%) son extranjeros; de éstos, cerca de 7.000 son musulmanes. Es en este colectivo donde está el peligro, según los expertos policiales, ya que el 50% simpatizan con el yihadismo y son fáciles de ser reclutados por los elementos yihadistas en prisión. "Son estimaciones y estudios a los que hay que estar muy atentos", señalan las mismas fuentes.
Crecen los reclusos extranjeros
Aunque la población extranjera sólo supone el 9,5% de la población española, en las prisiones los extranjeros son el 34,2%. El incremento de la población reclusa inmigrante ha sido espectacular en los últimos siete años, según el sindicato de prisiones Acaip. Se ha pasado de 7.900 en el año 2000 a los 22.700 que había a 1 de septiembre de 2007 (un aumento del 187%). El incremento de la población reclusa española sólo ha sido del 20% en ese mismo periodo.
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