Esta iniciativa la han dado a conocer este martes el gerente de la XXI de Santiago, Luís Verde, y el secretario de la asociación, Luciano Fernández, y han explicado que el objetivo es facilitar a las personas que acuden desde otros puntos de la geografía gallega que puedan estar cerca de sus familiares hospitalizados.

Supone "un espacio para descansar, cambiarse y tener algo de intimidad", en palabras de Luciano Fernández, pues las familias sólo tienen acceso a los pacientes en la unidad de críticos en dos momentos puntuales del día. Pasar el resto del tiempo en la sala de espera es "muy duro", ha agregado.

"Creemos que puede ser útil", ha destacado, en línea con acciones similares puestas en marcha por otro tipo de entidades, tras concretar que este piso tiene tres habitaciones y que se encuentra a apenas un kilómetro del centro hospitalario.

TIEMPO LIMITADO

Para favorecer el acceso de distintas familias, el tiempo de estancia en este piso -de cuyos gastos se hace cargo la asociación Sarela- lo marca la situación del paciente: hasta que abandone el área de críticos y sea enviado a planta.

El inmueble está listo "ya" para ser ocupado, como ha indicado Luciano Fernández, quien ha indicado que estuvo a punto de facilitarse a la familia de un peregrino canadiense que finalmente fue trasladado.

Según los datos de la asociación Sarela, en Galicia hay actualmente 35.000 personas afectadas por daño cerebral adquirido. Sus principales causantes son un ictus, un tumor cerebral, accidentes de tráfico y caídas o golpes.