La estadounidense Bonnie Hart, de 62 años, tiene un pequeño zoo en su jardín. Hace cuatro años, decidió dar el paso y comprarle a un amigo a Anushka, un tigre que mantiene en una parcela entre rejas.
Los dos osos que conviven también en su hogar llegaron allí de manera accidental, según informa el New York Post. Estos dos pequeños cachorros de osos siguieron al perro de la estadounidense hasta su casa.
En un primer momento, pensó que se trataba de dos pequeños canes. Al desubrir que se trataba de dos osos, decidió aumentar la familia y se los quedó.
Bonnie gasta todos los meses entre 1.000 y 1.500 euros en alimentar a sus mascotas. El tigre, a quien se refiere como ''mi bebé'', come todo tipo de carnes, mientras que los osos se alimentan de dulces principalmente: sandía, miel, galletas de chocolate. Ella asegura haber probado a darles salmón y algún otro pescado, pero no quieren.
Aunque Hart confía en ellos y les trata de manera cariñosa, es consciente de la amenaza que pueden suponer en ciertos momentos. Por lo tanto, y según le recomendaron, la mujer compró una pistola eléctrica y tranquilizantes para evitar sustos si en algún momento se ponen violentos.
Sus vecinos suelen ir a su casa para interactuar y disfrutar de sus mascotas. Eso sí, ella tiene claro que ''sería otra historia sacarles a la calle. Para mí es impensable''.
Está tan segura de la bondad de los animales, que permite a sus nietos acercarse a ellos, aunque con el tigre mantiene más medidas de seguridad. Según ella, su vida cambió hace cuatro años cuando Anuskha apareció en su vida. ''Me ha cambiado'', explica la mujer. ''Te hace ver que la vida es preciosa y que tienes que disfrutar de ella''.
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