Ningún apoyo explícito y alguna crítica encubierta. Así interpretaron este jueves algunos de los asistentes al coloquio que Felipe González dio en Sevilla las declaraciones del expresidente del Gobierno, que en todo momento evitó pronunciarse sobre las opciones de Susana Díaz en caso de animarse a ser candidata a la Secretaría general del PSOE.

A la pregunta de si la apoyaría, González fue claro:"No, porque la fastidiaría". "Sería una desgracia para Susana y para mí que yo me pronunciara sobre eso. Hasta ahora, que yo recuerde, ningún candidato al que he apoyado ha ganado", ironizó. Entre el público se encontraba la presidenta de la Junta de Andalucía y secretaria general del PSOE andaluz, la federación más poderosa de los socialistas. Y no estaba sola. Junto a ella se encontraban casi todo el gobierno autonómico y la plana mayor del PSOE-A, así como los expresidentes andaluces Manuel Chaves y José Antonio Griñán, actualmente imputados y que compartieron mesa con Díaz.

La gente esta un poco harta de que hable Felipe porque ahora entorpece más que ayuda Sin embargo, pese a tanto arropo y demostración de fuerza, González evitó en todo momento darle un apoyo explícito a su paisana, esquivando una y otra vez las preguntas al respecto. "Tiene fuerza y  coraje", la elogió, para luego insinuar que había más gente con esas virtudes en el partido. "¿Cuántos más hay así?. No lo sé", agregó.

No tuvo reparos, en cambio, en criticar veladamente el retraso en la convocatoria del Congreso federal del PSOE, en el que se debe renovar la dirección del partido y el proyecto político y que se aplazó hasta que se resolviera la formación de Gobierno. González no cree que deba celebrarse "inmediatamente para que se produzca un congreso en descomposición", pero tampoco a "calendas griegas", como quizá -indicó- pretenden algunos "para saber si la breva cae cuando esté madura". "Hay que articular un debate para saber si estamos en condiciones de responder a las prioridades del país, pero eso se puede hacer en tres, cuatro o cinco meses", opinó González, al tiempo que llamó a los que "están al mando" a que se "pongan las pilas".

Oficialmente, en el PSOE andaluz afirman que sí ven las palabras del expresidente como un apoyo claro a Díaz, pero en privado algunos reconocen que las palabras de González no sentaron bien en el entorno de la presidenta regional. "La gente esta un poco harta de que hable Felipe porque ahora entorpece más que ayuda", afirman fuentes del socialismo andaluz. Otros, en cambio, sostienen que "quien haga esa lectura es que no estuvo presente en la comida".

Díaz, por su parte, que no aclara si dará o no el paso de aspirar a liderar el PSOE, ha expresado este viernes su "cariño y admiración" por el expresidente del Gobierno y ha señalado que, sin duda, es un "piropo y un halago" que alguien como él te diga que tienes fuerza y coraje. "A mí me apoya siempre, hasta cuando me critica"", ha señalado en una entrevista con Canal Sur Radio. Respecto al congreso, ha insistido en que el PSOE no puede hacerlo a prisa y corriendo y cerrar en falso, porque no estaremos ofreciendo ese PSOE ganador que se necesita". "Sin prisa, pero sin pausa", ha subrayado.

González quiso también referirse a la polémica generada por su entrevista concedida en julio a la revista francesa Politique Internationale, publicada el miércoles, en la que dudaba de que el exsecretario general del PSOE, Pedro Sánchez, pudiera hablar más de media hora sobre los problemas de España. También le acusaba de estar más interesado en el partido que en la marcha del país. "No suelo leer las entrevistas que hago, pero tengo la preocupación de conservar la grabación, y tengo literalmente grabado lo que dije, que tiene casi nada que ver con lo que veo en grandes titulares", recalcó el expresidente.

A su juicio, sus declaraciones se han descontextualizado. "Da la impresión de que la hice ayer para apoyar a Susana Díaz", lamentó. Y preguntado si Sánchez ha sido el "mayor error" de la historia del PSOE, recordó que su partido tiene 130 años de historia y "ha habido de todo", aunque señaló: "Sin cultura de partido ha intentado hacerlo lo mejor que sabía, pero pero probablemente no sabía".