El tesoro de Segóbriga, recuerdos del esplendor romano en tierras de Cuenca

  • Segóbriga llegó a albergar un teatro, un anfiteatro, unas grandes termas públicas, una basílica, templos, mercados, etc.
  • Pese a que está en ruinas, su estado de conservación es más que aceptable, en comparación con otros restos de la península.
  • Su anfiteatro, de 75 metros de largo, podía acoger a 5.500 espectadores.
Segóbriga
Segóbriga
EUROPA PRESS/DIPUTACIÓN
Segóbriga

La huella del Imperio Romano en la Península Ibérica es diversa y muchas veces grandiosa. De todos son conocidos el Acueducto de Segovia, el Teatro romano de Mérida o la ciudad de Tarragona. Pero hay mucho más. Uno de los tesoros romanos menos conocidos está en la provincia de Cuenca. Es Segóbriga, una ciudad romana situada en el cerro de Cabeza del Griego en el término municipal de Saelices.

Pese a que la ciudad se encuentra en ruinas, su estado de conservación es más que aceptable, en comparación con otros restos ubicados por la península. Su visita proporciona una idea de cómo se desarrollaba la vida cotidiana en una ciudad de la antigüedad. Segóbriga llegó a albergar un teatro, un anfiteatro, unas grandes termas públicas, una basílica, templos, mercados, etc, hasta convertirse en el más importante centro urbano de la Meseta meridional.

Buena parte de su desarrollo se debió a la minería. Plinio se refiere a la riqueza de sus minas de lapis specularis, el yeso cristalizado que serviría como cristal de ventana para las viviendas modestas y que permitía decorar estancias en celebraciones y días señalados. La vida de Segóbriga y sus transformaciones tuvieron mucho que ver con el rendimiento de estas explotaciones.

Su anfiteatro era el mayor edificio de los que se construyeron en la ciudad. Construido entre el siglo I y II d. c., tenía capacidad para acoger a 5.500 espectadores aproximadamente. Su longitud era de 75 metros de largo y la arena medía 40 x 34 m, la arena limitaba con las gradas mediante un podium.

El edificio estaba destinado a las luchas entre gladiadores, entre fieras o entre hombres y fieras, las denominadas venationes. Su buena conservación, parcialmente mitigada por el expolio de algunas piezas de granito y/o mármoles y otros materiales ricos utilizados para embellecer la construcción, se debe a que durante siglos los restos fueron utilizados como granero y corral para animales.

Cada vez más turistas conocen este tesoro conquense. Este año, hasta noviembre, el Parque Arqueológico de Segóbriga ha registrado la visita de 44.614 personas, un 1,3% más que en 2015. Su atractivo pronto se verá reforzado con la puesta en marcha del Museo de los Epígrafes.

Sin embargo, el Parque Arqueológico de Segóbriga se encuentra amenazado por la próxima construcción de un parque eólico en sus cercanías. El yacimiento se vería alterado con la instalación de 14 aerogeneradores de 121 metros de altura que afectarán también al cercano Conjunto Histórico de Uclés. Es por ello que el Parque Arqueológico de Segóbriga ha entrado, junto con Uclés, en la Lista roja de patrimonio en peligro de la asociación para la defensa del patrimonio Hispania Nostra.

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