El aeropuerto Madrid-Norte que se pretende construir en Cantimpalos ha sido sin ninguna duda el bombazo del verano. Un grupo de empresas e instituciones públicas se han unido para intentar hacer realidad la empresa. En los próximos meses sabremos los segovianos si el Ministerio de Fomento da o no el visto bueno al proyecto. Aprovechando que el tema del aeropuerto está en boca de todos los segovianos es un buen momento para revisar el último decenio de la aeronáutica segoviana.

Un balance negro

Que los aviones tomen y dejen tierra segoviana no será en cualquier caso algo nuevo. En nuestra provincia existen un buen número de aeródromos que se reparten por toda nuestra geografía de los que a diario despegan avionetas, ultraligeros y veleros. Como si de pequeños aeropuertos se tratara tienen sus hangares, su torre de control, sus largas pistas de aterrizaje... y también sus catástrofes.

Desde 1997 hasta 2007 se han producido en la provincia de Segovia un total de 16 accidentes. Algunos sin importancia, tan sólo fueron una salida de pista o una mala aproximación. Pero no todos han sido tan leves. En estos diez últimos años han sido 9 las personas que han perdido la vida en pleno vuelo. Las malas maniobras, la elección de las condiciones más desfavorables, los fallos mecánicos e incluso algún caso que queda sin explicación clara, todo ha quedado reflejado en los informes técnicos de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de la Aviación Civil. Órgano colegiado perteneciente al Ministerio de Fomento.

Fuentemilanos, testigo mudo

Buceando en sus expedientes nos damos cuenta de que esa idea romántica de volar, de surcar el solitario cielo, no está exenta de altos riesgos. La última tragedia ocurrió el pasado 25 de julio de este mismo año cuando murieron calcinadas dos personas al caer el ultraligero en el que viajaban en las cercanías del aeródromo de Fuentemilanos. En 1997, año que tomamos como inicio del estudio, perecieron tres personas en accidentes de avión en Segovia. Dos holandeses, padre e hijo, perdieron la vida al despegar de Fuentemilanos. El tercero falleció al estrellarse, en plena instrucción, el aeroplano que pilotaba en las inmediaciones del aeródromo de Campolara, en Muñopedro.

Desgraciadamente, los accidentes mortales no acabaron en 1997. Tres años después, el cuatro de agosto de 2000, falleció un piloto en La Granja, al estrellarse su planeador cerca del puerto del Reventón. Partió de Fuentemilanos, un aeródromo que pertenece a Aeronáutica del Guadarrama S.A. Esta empresa, es dueña del 50% de Proydea, promotora del aeropuerto en Cantimpalos. Este aeródromo es uno de los más importantes de Segovia y son muchos los aparatos que recorren sus pistas al año. Es la razón por la que aparece su nombre en la mayor parte de los informes de siniestros aéreos en la región.

En el 2003, 2004 y 2005 volvió a ser noticia Fuentemilanos. Un total de tres siniestros que arrojaron otras tres víctimas mortales. En los tres casos los accidentes se produjeron pocos minutos después de despegar del aeródromo segoviano. Las investigaciones concluyeron que el primero (estrellado en Ortigosa del Monte) y el segundo de ellos (caído en Otero de Hereros) se debieron a un error de pilotaje. Mientras que en el de 2005 fueron los problemas mecánicos los causantes del suceso.

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