El estadio de La Peineta, donde está previsto que juegue el Atlético de Madrid la próxima temporada, sufrirá en los próximos meses la transformación de su entorno. El objetivo es garantizar mediante acciones concretas la movilidad de la zona, que se encuentra a caballo entre los barrios de Las Rosas y Canillejas (San Blas-Canillejas), los días de partido y evitar molestias a los vecinos. Para ello, el Ayuntamiento de Madrid, dentro de sus competencias, ha elaborado un Plan de Movilidad Sostenible que pretende atender estas necesidades ante el aumento del tráfico que se producirá cuando el conjunto rojiblanco se mude a un recinto con capacidad para 68.000 espectadores. Entre ellas destaca la ampliación del número de carriles en la avenida de Arcentales, principal vía de entrada al estadio, y la construcción de una nueva glorieta de acceso al estadio.

Sin embargo, no todas las propuestas del proyecto son de competencia municipal. La construcción del acceso de la M-40 con la avenida de Arcentales, que depende del Ministerio de Fomento, o la ampliación de la línea 2 de Metro, competencia de la Comunidad de Madrid, resultan clave para que la zona de La Peineta no se convierta en un martirio para los vecinos los días de fútbol. "Urbanizar los alrededores del estadio está bien y creo que se puede llegar a tiempo. Pero eso no va a solucionar los serios problemas de movilidad que tendrá la zona el próximo año. Las infraestructuras verdaderamente necesarias no estarán listas a tiempo. Vecinos y aficionados serán los grandes perjudicados", asegura Vicente Pérez, responsable de Urbanismo de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM). Pérez critica la inacción de las administraciones durante años: "El convenio entre el Ayuntamiento y el Atlético se firmó en 2008 y desde entonces no se ha hecho nada".

La operación para que el Atlético de Madrid se haga con La Peineta aún sigue abierta. El Ayuntamiento aún no ha llevado a Pleno la aprobación del cambio de uso de la parcela (tiene hasta el 31 de diciembre para hacerlo), que debe pasar de deportivo-público a deportivo-privado. Una vez superado este trámite, el Consistorio que encabeza Manuela Carmena deberá trasladar la petición a la Comunidad de Madrid, que deberá ratificar la decisión del Pleno del Consistorio. El plazo máximo para que la parcela sea propiedad del Atlético es marzo de 2017. En caso de no concretarse la operación, el Ayuntamiento deberá asumir los costes de construcción del estadio, que se cifran en unos 200 millones de euros.