Los retos de Donald Trump como presidente: la brecha interna, China, el cambio climático...

Donald Trump, en campaña electoral con los veteranos de la II Guerra Mundial.
Donald Trump, en campaña electoral con los veteranos de la II Guerra Mundial.
EFE
Donald Trump, en campaña electoral con los veteranos de la II Guerra Mundial.

EE UU ha elegido presidente a Donald Trump. Como cada cuatro años, las miradas se giran hacia el balcón de la Casa Blanca a la espera de lo que el líder de la primera potencia del mundo decida en lo relativo a la política nacional e internacional.

El nuevo presidente del gigante americano se enfrenta a una polarización política nunca vista en su propio territorio, a los retos de una economía en crecimiento y a un equilibrio mundial de poderes de consecuencias imprevisibles. ¿Tenderá la mano a Europa? ¿Vencerá al Estado Islámico? ¿Mantendrá a raya a la Irán nuclear? Después de Barack Obama, nada será igual.

Economía en riesgo de 'recalentamiento'

La crisis que Barack Obama heredó al comienzo de su primer mandato (2008) es pasado. La economía crece en el entorno del 2% y la creación de empleo mantiene el paro en el 5%. La Reserva Federal (el Banco Central de EE UU) favorece la expasión manteniendo el precio del dinero entre el 0,25% y el 0,50%. Sin embargo, no todo son buenas noticias.

Los economistas coinciden en que el país necesita aumentar su productividad y en que el poder adquisitivo de la clase media debe crecer. Además, la Reserva lleva tiempo advirtiendo de que los tipos de interés tendrán que subir. La OCDE cree que, de no hacerlo, pueden darse nuevas burbujas financieras, ahora que la Bolsa de Wall Street ha alcanzado nuevos máximos históricos. El experto en Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense Felipe Sahagún es, pese a todo, optimista: "EE UU tiene potencia de sobra. Tanto Hillary Clinton como Donald Trump invertirán en crecimiento, aunque cada uno a su manera", opinaba ayer antes de conocerse el resultado

¿Cómo cerrar la brecha social?

El país ya no es la nación de las oportunidades de antaño. La campaña 'América First' de Trump, su promesa de construir un muro en la frontera con México o la amenaza de prohibir la entrada a los musulmanes han provocado las simpatías de buena parte de los ciudadanos golpeados por la recesión. En consecuencia, logros como el Obamacare (la ley que facilitó el acceso de las personas con menos recursos a los seguros sanitarios privados) o las políticas de regularización de migrantes están muy cuestionadas. "El próximo presidente debe cerrar la brecha que se ha abierto. Si por algo se ha caracterizado EE UU es por abrirse a la competencia bajo la premisa de que podrían ser mejores que el resto. ¿Pero qué ocurre ahora si a la gente no le llega para pagar la hipoteca?", se pregunta el profesor Sahagún.

La relación con el amigo asiático

La economía engrasa la relación Washington-Pekín. Barack Obama y su homólogo Hu Jintao sellaron en 2011 acuerdos comerciales por valor de 45.000 millones de dólares (unos 33.000 millones de euros). Hoy, China está entre los mayores tenedores de bonos de deuda americana, y de la buena marcha de su economía dependen, también, la estabilidad de las exportaciones locales y, por tanto, millones de empleos estadounidenses.

"Clinton ha afirmado que 'no es posible definir a China tan solo como un amigo o un enemigo'. Trump ve en China a un competidor desleal y promete una confrontación frontal", recoge Oriol Farrés, responsable de proyectos del Barcelona Center For Internacional Affairs (Cidob) en su último análisis. La inestabilidad perjudicaría a socios de EE UU como Japón o Corea del Sur.

El avispero de Oriente Medio y el terrorismo

"EE UU ha gastado 3 billones de dólares en tres guerras (Irak, Afganistán y Al Qaeda) y no ha ganado ninguna", apunta Felipe Sahagún. Obama ha extendido las acciones militares de Irak a Libia y Siria después y ha firmado un pacto nuclear con Irán. Israel sigue siendo su socio preferente en la zona, pese al pueblo palestino. El Estado Islámico es la nueva prueba de fuego. Trump quiere desligarse de la OTAN y una campaña más dura contra los yihadistas. Clinton proponía continuidad.

¿Fin de ciclo respecto a Europa?

La crisis económica del Viejo Continente y las prioridades de la Casa Blanca alejaron a Obama de Europa. "Su giro hacia Asia, la diversificación de las alianzas, los desencuentros sobre la gestión de la crisis de Libia o las escuchas a líderes europeos han ensanchado la brecha transatlántica ", resume Pol Morillas, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, Esade e investigador del Cidob. Clinton preveía mantener el "multilateralismo " pese al evidente deterioro. Trump está más alineado con los populistas contrarios a la UE.

El "invento" del cambio climático

Obama y el presidente Xi Jinping rubricaron en 2014 un documento por el que se comprometían de forma conjunta a reducir drásticamente las emisiones contaminantes, pero el líder republicano no garantiza su cumplimiento, lo que afectaría tanto a su socio asiático como a otras potencias emergentes. La mayoría conservadora de la Corte Suprema de EE UU bloqueó en febrero de este año el Plan de Energía Limpia del presidente saliente. De su adopción depende el cumplimiento de los objetivos. Trump declaró antes de ser candidato que el cambio climático era un invento para frenar la economía americana y favorecer a China. Clinton mantenía una postura continuista.

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