Los españoles, en la mayor crisis de desafección con la democracia y las instituciones desde el 15-M

  • Hasta un 14,1% de españoles se muestra "completamente insatisfecho" con el funcionamiento de la democracia, a la que le damos un suspenso (4,54).
  • Segun el último barómetro poselectoral del CIS, suspenden todas las instituciones, tanto los partidos, como Parlamento, jueces, banca y medios.
  • "La valoración cayó en julio porque la gente temió volver a las urnas por tercera vez y solo oían discursos simplistas", dice la politóloga Dunia Alonso.
  • El ciudadano más crítico apunta a un hombre sin empleo, de 25 a 34 años y simpatizante de partidos emergentes, nacionalistas y de izquierda.
  • Lee el último barómetro postelectoral del CIS.
Una protesta de la 'marea blanca' sanitaria.
Una protesta de la 'marea blanca' sanitaria.
EFE / Emilio Naranjo
Una protesta de la 'marea blanca' sanitaria.

A la indignación, se le añadió el fin de la paciencia. Diez meses con un Gobierno en funciones. El país paralizado tras dos elecciones de resultado inextricable que no desmadejaron los partidos hasta 314 días después. Fue necesaria una turbulenta abstención del PSOE para que España se procurase un Gobierno, de nuevo, presidido por Rajoy. Para entonces, la ciudadanía estaba ya bien harta de esperar.

El Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) pregunta a los españoles tras cada cita electoral –y en otros momentos puntuales– por la democracia y sus instituciones. El pasado lunes se revelaron las respuestas ofrecidas del 2 al 21 de julio, tras acudir a las urnas por segunda vez en seis meses. Y son más pesimistas aún que en diciembre.

Un 14,1% de los encuestados se declara "completamente insatisfecho" con el funcionamiento de la democracia, el máximo jamás alcanzado en esta serie estadística. En 2006, antes de la crisis, este porcentaje era solo del 4%. La nota media, por otro lado, ahonda en el suspenso con el que los ciudadanos castigan al sistema desde 2011: un 4,54 en el último estudio del CIS, apenas una centésima más alta que la nota otorgada al poco de nacer el movimiento indignado 15-M, en mayo de 2011.

"Cuando al ciudadano le preguntas por el funcionamiento del sistema, lo identifica con su día a día. Y ahí no ve muchas mejoras", explica a 20minutos Dunia Alonso, politóloga del Colegio de Política y Sociología de Andalucía.

Según esta experta, los sistemas democráticos tienen un sustento básico en la igualdad de oportunidades. "Sin embargo"; apunta Alonso; "durante la crisis económica la gente percibió que no vivía mejor que la generación anterior y que las leyes que consolidan el principio de igualdad se rompieron. Comprobaron que algunos se beneficiaban de una mejor Justicia, de mejor Sanidad. Así que dejaron de creer en las instituciones y por consiguiente se tambaleó el sistema".

La satisfacción con el funcionamiento de la democracia logró recuperarse en los años posteriores al 11-M. Pero en el último año ha vuelto a caer. Según Dunia Alonso era "esperable" que se desinflase y se contuviese a largo plazo el entusiasmo regenerador de dos partidos como Ciudadanos y Podemos.

La falta de sintonía entre los partidos políticos en los últimos meses, ha agravado la situación. "La caída en la valoración de julio se debe a que la gente temió volver a las urnas por tercera vez. Escuchaban solo discursos simplistas, se criticaban unos a otros en la televisión, pero los ciudadanos no oían soluciones a sus problemas reales".

Suspenden todas las instituciones, con peor nota que en diciembre

El CIS no solo pregunta por la salud de la democracia. También por la satisfacción con sus instituciones. Y el último barómetro publicado esta semana recoge suspensos para todas ellas. Solo se salvan las ONG (con una nota media del 5,6), pero el resto suspende y empeora sus cifras respecto al barómetro realizado tras el 20-D.

Suspende el Poder Judicial con una nota media de confianza del 3,9 ("todos ven que la Justicia no es igual para todos", se lamenta Alonso): suspende el Congreso con una nota de 3,79; catean los partidos políticos con un bajísimo 2,88; y sobre todo se hunden los bancos, que con un 2,6 padecen la mayor desconfianza ciudadana.

"La banca es el símbolo del poder económico y si la economía va mal, se odia al símbolo", dice la politóloga andaluza. Solo los medios levantan algo la cabeza –de 4,2 a 4,3– en este último barómetro, pero después de una tendencia de bajada aguda de la confianza.

¿Y quiénes son los ciudadanos más críticos? El perfil apunta a un parado, de 25 a 34 años y votante de partidos emergentes, nacionalistas y de izquierda.

El perfil más crítico: nacionalistas, emergentes y de izquierdas

Especialmente desconfiado en las instituciones del Estado se muestra el votante nacionalista catalán: no llega al "2" la nota media al Parlamento entre los seguidores de ERC (1,76) y CDC (1,93), mientras que los del PP y PSOE –los partidos que se reparten la gobernanza en los 40 años de democracia– califican al poder legislativo con un 5,01 y 4,29, respectivamente.

También el nacionalista catalán destaca en la desconfianza en los políticos, junto a los seguidores de los partidos emergentes: Ciudadanos y Podemos. "En ambos casos, sus votantes proceden de los partidos mayoritarios y son críticos con ellos", analiza Dunia Alonso. Los votantes 'naranjas', muchos procedentes de la masa electoral del PP, desconfían incluso más de los partidos (2,86) que los seguidores 'morados' (2,99).

La valoración de la banca, sin embargo, recibe denuestos desde un tinte más ideológico. Es la institución menos valorada de todas las analizadas por el CIS (2,6) pero la desconfianza es aún mayor entre los simpatizantes de partidos de izquierda (del 1,5 de En Comú hasta 2,71 del PSOE) que entre los partidos de derecha (del 2,77 de CDC al 3,51 del PP).

Los más insatisfechos: parados y recién ingresados al mercado laboral

Los desempleados son los más desconfiados tanto con los políticos (apenas les conceden un 2,45 de nota) como con el Congreso (3,26), una baja calificación influenciada porque España tiene la segunda mayor tasa de paro de la eurozona y casi dos millones de españoles llevan más de dos años buscando trabajo. Empresarios, profesionales y comerciantes son los que más prestigian ambos estamentos; eso sí, en terreno de suspenso.

La banca solo supera el tres de nota para los estudiantes (3,32), pero para el resto de la población no llega a ese límite y especialmente baja es la confianza en el sector financiero por parte de los parados (2,17) y obreros (2,22). Por otro lado, la confianza de los medios de comunicación supera el 4 en casi todos los estratos (la más alta se da en pensionistas y personas dedicadas al hogar) excepto en los comerciantes (3,66) y empresarios (3,99).

Los hombres, por otro lado, otorgan menos confianza que las mujeres al parlamento (3,73 de nota frente al 3,84 femenino), al poder judicial (3,83 frente a 3,98), a la banca (2,53 frente a 2,67) y sobre todo valoran menos a los medios (4,05) que ellas (4,53).

En cuanto a la edad, son los adultos de 25 a 34 años los que menos confían en la política (3,51). La valoran incluso peor que los jóvenes de 18 a 24 años. "Estos últimos aún estudian", apunta la politóloga Dunia Alonso; "pero los otros sí empiezan a dar tumbos en el mundo real... y son los más críticos porque no logran una estabilidad familiar y laboral".

Mostrar comentarios

Códigos Descuento