El voto femenino puede ser clave en las presidenciales de EE UU

Vista general del ala norte de la Casa Blanca.
Vista general del ala norte de la Casa Blanca.
EFE
Vista general del ala norte de la Casa Blanca.

Con un récord en el número de mujeres registradas para votar, con una candidata a la presidencia y tras una campaña en la que ha habido un encendido debate sobre el trato hacia las mujeres, las elecciones presidenciales de EE UU de 2016 podrían ser en las que más decisivo resulte el sentido del voto femenino. Tanto que podrían llegar a definir al candidato victorioso este martes 8 de noviembre.

La prensa estadounidense se atreve a insinuar que, si finalmente se movilizan como está previsto y no hay sorpresas de última hora, las mujeres darán la llave de la Casa Blanca a la candidata demócrata, Hillary Clinton.

En este análisis pesa el hecho de que todas las encuestas publicadas indican que las mujeres son más partidarias de Hillary Clinton que de su contrincante, el multimillonario Donald Trump. La brecha de género del apoyo entre candidatos es la mayor en décadas, con hasta 20 puntos porcentuales de diferencia en el apoyo de las mujeres a favor de Clinton. No se producía este desequilibrio en la intención de voto desde los años sesenta, y ni siquiera en las primeras elecciones que ganó Obama, cuando también se decía que tendría un gran apoyo femenino, la diferencia subió de 14 puntos porcentuales.

Los expertos consideran clave el hecho de que por primera vez en 240 años de historia del país haya una candidata a la presidencia mujer,  Hillary Clinton, que podría ser la primera presidenta del país, después de 44 presidentes todos hombres.

También indican que, en general, todas las mujeres tienen tendencia clara hacia el voto demócrata, un apoyo que se amplifica más si cabe entre las hispanas y afroamericanas. Las mujeres blancas, por su parte, que históricamente tendían a ser favorables a un voto republicano,  en los últimos años sus votos fluctúan, de lo que Barack Obama es la prueba.

Son numerosos los artículos de prensa que ponen la lupa precisamente en las mujeres blancas y con estudios universitarios, a las que consideran el colectivo clave de lo que pueda suceder este año. "Ellas son la principal fuerza de trabajo del país, son las que asumen puestos de responsabilidad y entienden que el mundo está cambiando". Así las describen, entre otros,  el diario USA Today.

Por otra parte, y en conjunto, el número de mujeres que se inscriben para votar sigue superando a los hombres y las mujeres afroamericanas son el segmento de mayor crecimiento en los últimos cuatro años.

Donald Trump intenta defender la idea de que él es el mejor candidato, porque ninguna mujer hasta la fecha ha ocupado el cargo de presidente, pero muchas mujeres consideran que Hillary Clinton encarna la posibilidadd real de romper el más alto de los techos de cristal.

En la campaña electoral, la propia Hillary Clinton ha subrayado hasta el agotamiento el perfil machista de su contrincante, de quien dice que solo sabe "insultar, humillar y acosar" a las mujeres. Le sirvió a esta estrategia la publicación de un vídeo de 2005 en el que el republicano hablaba de cómo las mujeres se dejaban tocar por un hombre tan famoso como él, que derivó en una cascada de acusaciones públicas por acoso contra el candidato por sucesos de acoso.

También han salido a relucir en la campaña todos los insultos del republicano a las mujeres como la ex Miss Mundo, Alicia Machado, a la que llamó cerdita cuando ganó algunos kilos, o las mofas hacia su contrincante Carly Fiorina.

En base a las encuestas, hace unas pocas semanas la web FiveThirtyEight mostró cómo sería el resultado electoral en el caso de que solo votaran las mujeres. Hillary Clinton obtendría 458 votos electorales, contra los 80 que obtendría Trump. Si solo votaran los hombres Trump conseguiría 350 y Clinton, 188. Para gobernar son necesarios 270 por lo que Clinton se esfuerza en movilizar al electorado femenino.

Pero ojo, que algunos colectivos de mujeres, como las mujeres de raza blanca y bajos estudios o las mujeres evangélicas se muestran más favorables a Trump que a Clinton, a quien consideran parte de la 'casta' de Washington que no cambiará nada. "Clinton se presenta por poder y por dinero, pero Trump se presenta por nosotros, por la gente. Es lo que muchos políticos ahora no entienden, que si son elegidos es para trabajar por nosotros", dijo a Efe hace unos días una mujer, mexicana que votará por Trump.

Otros votos decisivos: latinos, jóvenes y expatriados

El crecimiento significativo en el número de votantes latinos ayuda a que este año el electorado estadounidense sea racialmente el más diverso de la historia, asegura el Pew Research Center, uno de los centros de investigación sociológica estadounidenses de mayor reputación. Según sus cifras, hay 27 millones de latinos con capacidad para votar, aunque los inscritos solo sumen 13 millones. Desde 2012, el número de votantes latinos ha aumentado en cuatro millones.

Los latinos siempre han sido más favorables al voto demócrata, sobre todo desde los años ochenta, sin embargo su peso global no es excesivo, ya que representan menos del 10% de los electores. Aunque su número es importante en estados en los que se elige a muchos miembros del colegio electoral, como Florida, Texas o California, entre los más influyentes en la elección presidencial. Está por verse si su participación marcará, como se prevee, un récord en noviembre.

El centro de estudios Pew resalta la importancia, y la incógnita, del voto joven latino, que representa el 80% del aumento total de los nuevos votantes latinos. Sin embargo, la tasa de votación de los hispanos es inferior a la de los afroamericanos o blancos (48%, contra 67% y 64%, respectivamente). El apoyo a Clinton podría ser mayor que otros años, sobre todo por las declaraciones desafortunadas de su contrincante, Donald Trump, respecto de los inmigrantes mexicanos, a los que tachó de "criminales".

Además de los jóvenes y de los afroamericanos, que tanto ayudaron a impulsar a Barack Obama y están siendo cortejados por el actual presidente en esta recta final, los ocho millones de estadounidenses que viven fuera del país, los expatriados, también podrían ser definitivos, pues juntos constituyen el equivalente al Estado número 13 por población del país. Sin embargo, la abstención en este colectivo suele ser abultada.

Las últimas encuestas sobre el voto joven, de primeros de octubre, reflejan un apoyo ligeramente mayor de los potenciales votantes hacia Hillary Clinton. Y sobre todo, la clave está en el voto joven y femenino, sobre el que en principio Clinton tiene ventaja.

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