A por setas: un viaje micológico por Castilla y León

  • Salir a recoger setas es un buen motivo para una escapada de fin de semana.
  • Rabanales (Zamora) tiene unos 600 habitantes pero una gran concentración de industrias de la recolección y transformación de setas silvestres.
  • En la soriana Navaleno, el “rey” es el ‘boletus edulis’.
Un par de cestas llenas de níscalos.
Un par de cestas llenas de níscalos.
EP
Un par de cestas llenas de níscalos.

La recolección de setas se ha convertido en un atractivo para salir al campo en otoño. Las salidas al campo para recoger setas son un gran atractivo para las escapadas de fin de semana. La península ibérica tiene una riqueza de especies fúngicas que la hacen especialmente interesante para el turismo de naturaleza.

La pasión por la micología vive su momento álgido en otoño, tras la caída de las primeras lluvias, cuando las setas crecen en el campo para deleite de los aficionados a su recolección, una actividad que potencia el desarrollo rural y el turismo de naturaleza. El micoturismo gana adeptos y los alojamientos rurales tienen cada vez más en cuenta programar salidas al campo o rutas con guías en las que se pueden coger setas.

La península ibérica es rica en variedad de hábitats (pinares, encinares, alcornocales, pinsapares, robledales o hayedos), lo que la convierte en un territorio idóneo para la búsqueda de decenas y decenas de especies de hongos. Por su extensión e importancia, el micoturismo no puede entenderse sin Castilla y León. La región alberga zonas de relevancia en provincias como Soria o Zamora, donde la celebración de jornadas micológicas o incluso la existencia de museos y asociaciones alrededor del mundo de las setas hacen de esta actividad un pilar esencial del turismo rural en otoño y primavera.

Peculiar es el caso de Rabanales (Zamora) que, con poco más de 600 habitantes, es el lugar donde hay una mayor concentración de industrias que se dedican a la recolección y transformación de setas silvestres para su consumo. El interés comercial reside fundamentalmente en la presencia de la especie boletus edulis que nace junto a los jarales de la zona, un hecho único en toda la península que es motivo actual de investigación científica. Así lo asegura el director del museo micológico, Pedro Gómez, un apasionado de la micología.

Si nos acercamos a Soria, es visita imprescindible el municipio de Navaleno. Tiene su propia asociación micológica, cuyo presidente es Jesús Javier Andrés, quien detalla que el “rey” de esta zona también es el boletus. En Navaleno, destaca la gastronomía micológica que ofrecen sus restaurantes y también los guías para dar paseos por el monte en rutas señalizadas.

Siempre con prudencia

Pero para salir a por seas hay que tener la debida prudencia, para que la actividad sea totalmente segura y saludable. Algunas son comestibles y otras no, por lo que las salidas al campo deben hacerse con un conocimiento básico para evitar intoxicaciones alimentarias que, en el peor de los casos, pueden provocar incluso la muerte. Por eso antes de fijar un destino, es necesario conocer las especies que podemos encontrar en él.

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