El profesor José María Martín Olalla está totalmente a favor de mantener el horario en el que ahora vivimos en España, un horario similar al de Berlín y no como proponen asociaciones como Arhoe. Tampoco está a favor de modificar los horarios de verano, como ahora quieren Valencia y Baleares. Martín considera ambas propuestas carentes de argumentos, ya que la sociedad española tiene adaptada su vida a estas circunstancias. "Es un juego estéril. Podemos cambiar los relojes pero no la naturaleza", asevera.

Existen pocas posiciones, como la suya, a favor de mantener el huso horario actual...

Es un tema absurdo. No se debate en América, el resto de países de Europa, Japón. No se tocan desde la II Guerra Mundial. Es una discusión estéril y científicamente ridícula.

¿Por qué es «ridícula»?

La sociedad española ya se ha adaptado a este huso horario –se fijó en 1940–. Sabemos que amanece a las 8.00 y anochece a las 18.00 en el horario de invierno. El día va a seguir teniendo 24 horas y las horas de luz van a seguir siendo las mismas. Cambiar de huso es una medida cosmética, que parecen muy efectivas desde un punto de vista político, pero después no deben tener influencia en la vida de las personas. De ser así sería obligatorio.

La propuesta de asociaciones como Arhoe es cambiar el horario al del meridiano de Greenwich para conciliar la vida laboral y familiar. ¿Sería efectivo?

El problema de la conciliación no tiene que ver con el huso horario. Una de las propuestas de Arhoe es que hay que tardar menos tiempo en comer. Para ello, lo único que hace falta es que se emplee menos tiempo. Otra cosa es que los españoles se tomen dos horas.

¿Pero no tendríamos más horas en la tarde?

Saldríamos del trabajo con la misma luz con lo que propone Arhoe, pero todos adelantamos una hora: salida del trabajo, el inglés de nuestro hijo, las tiendas cerrarían antes, por lo que llegaríamos a casa antes, veríamos el telediario antes, cenaríamos antes. Y cuando sean las 11 de la noche estaremos supuestamente en la cama. En qué cabeza cabe que una población adulta de unos 40 años vaya a dormir una media 8.30 horas diarias. Eso o conciliar en la mañana.

Pero el cambio de horario de verano e invierno es un debate diferente a lo que propone Arhoe.

Los cambios de husos de verano e invierno son una problemática diferente. El hecho de que tengamos horario de invierno y verano es una prueba de que nos hemos adaptado a él.  Que empleemos la hora de Berlín ya es nuestro huso horario normal, y hacemos las cosas normales a la hora del resto de Europa. En Londres o Berlín  se cena unas tres horas después de salir del trabajo, como en España, aunque el horario de anochecer sea distinto. Arhoe lanza mensajes que la gente cree que son verdades como puños, pero son verdades del barquero.

¿Tiene sentido querer mantener el horario de verano como pide Baleares o Valencia? Lo que solicita Baleares es como si en Nueva York quieren pedir un cambio de horario porque en Ohio se entra más tarde a trabajar, teniendo en cuenta que los dos estados están en el mismo horario de la costa este y las dimensiones de EE UU. Si este razonamiento lo hiciera todo el mundo volveríamos a la situación del siglo XIX cuando cada ciudad tenía un horario diferente. Esto no es razonable. El día va a seguir teniendo 24 .