Este viernes se estrena 7 años, primera película producida por Netflix en España y protagonizada por Paco León, Juana Acosta y Alex Brendemühl.

En el filme, dirigido por Roger Gual, León es uno de los cuatro socios y amigos de una potente empresa tecnológica acorralada por el fisco. En una noche deberán elegir quién de ellos sacrificará su libertad para salvar al resto de la ruina personal y financiera.

"La película plantea un dilema moral interesante", dice el actor. "En esta cultura de 'si no lo coges eres tonto', la idea es preguntarnos hasta qué punto eso que criticamos tanto de los políticos nos lo podríamos aplicar en nuestra vida cotidiana, y tener que decidir si eres un mierda o una persona decente".

El intérprete fue pionero en los nuevos modelos de distribución audiovisual en nuestro país con Carmina o revienta, que seguiría con Carmina y Amén, ambas interpretadas por su madre y su hermana María León.

"Es un privilegio y de alguna manera una confirmación de que ese experimento que yo propuse con Carmina o revienta no era una locura", ha señalado el actor y director sevillano, que este año ha estrenado con éxito su primera zarzuela y su tercer largometraje como director: Kiki el amor se hace.

Paco León no piensa que el estreno de Carmina o revienta en 2012 en internet fuera demasiado pronto. "No era pronto para experimentar, yo creo que era tarde, pero tampoco ha cambiado tanto la cosa, la industria se resiste y los cambios se producen poco a poco".

El resto de los socios son Brendemühl, y los colombianos Juan Pablo Raba y Juana Acosta, mientras que Manuel Morón da vida a un mediador que contratan para que les ayude a tomar la difícil decisión."Hay que tener en cuenta que son cabezas que se mueven en esferas de poder grandes, manejan muchísimo dinero".

"Los valores están desvirtuados y sale a flote lo peor: el ego, la codicia, el deseo de poder. Pero son cosas que suceden en todas las empresas, más o menos soterradas", cuenta Acosta.

7 años se rueda en lo que los anglosajones llaman "one room thriller, una película de suspense en la que todo sucede en una habitación", explica el director Roger Gual, ganador del Goya con Smooking Room (2002), una cinta que también gira en torno a las miserias humanas en el entorno laboral.

Hace dos años a Gual le llegó el guion (a cargo de José Cabeza y Julia Fontana) a través de sus productores y su deseo era sacarlo adelante pero se encontró con dificultades hasta que llegó Netflix. A partir de ahí "empezamos a trabajar en octubre del año pasado, en enero rodamos y la estamos presentando ya", detalla Roger.

El estreno del filme será simultáneo en 190 países para los 83 millones de suscriptores que tiene la cadena por internet que aterrizó en España hace tan solo un año.

"El fin último de una película es llegar al máximo de espectadores. Tener una plataforma de 80 millones de espectadores potenciales al mismo tiempo es un sueño", comenta Brendemühl. El rodaje se realizó en orden cronológico, con quince planos secuencia uno detrás de otro. El último día los actores repitieron la película entera de principio a fin, algo con lo que disfrutaron al máximo.

"Que te diga el director que puedes volver a empezar es la fantasía de un actor al terminar un rodaje, cuando sientes que ya sí tienes perfectamente al personaje", asegura Acosta y explica que buena parte del montaje final salió de ese último día.

Por otro lado, ya está en marcha el rodaje de la primera serie producida por Netflix en nuestro país titulada Las chicas del cable, que verá la luz en 2017, coproducida con Bambú Producciones y con un reparto en el que figuran Blanca Suárez, Ana Fernández, Nadia de Santiago y Maggie Civantos.