La fotógrafa Xiomara Bender pone rostros a la aparente opacidad de Corea del Norte

  • Después de tres viajes, entre 2011 y 2016, a la aislada república, publica un libro documental para mostrar cómo es lo cotidiano en la aislada república.
  • Los coreanos 'sobreviven gracias al poder de sus sueños', dice la fotógrafa.
  • Aunque hacer fotos está restringido, a partir de la segunda visita logró que sus guías oficiales fuesen menos férreos y retrató a todo tipo de personas.
Mujer en un transporte público en Corea del Norte, en una foto de Xiomara Bender
Mujer en un transporte público en Corea del Norte, en una foto de Xiomara Bender
© Xiomara Bender
Mujer en un transporte público en Corea del Norte, en una foto de Xiomara Bender

El reportaje documental The Power of Dreams (El poder de los sueños) es el resultado de intentar mostrar un lugar "enigmático" donde "el individuo parece no dejar rastros" personales que permitan identificarlo. La fotógrafa Xiomara Bender (Suiza, 1987) ha logrado, después de tres viajes y miles de imágenes, poner rostros humanos diferenciados a Corea del Norte, uno de los lugares más opacos del planeta.

La serie de fotos, que acaban de ser publicadas en libro por la editorial Kehrer [120 páginas, 35 euros], muestran arañazos sobre la realidad cotidiana de un país habitado por "personas que han sido olvidadas por el mundo durante décadas", dice la documentalista en un texto del volumen.

La imagen de los medios es 'sombría'

Reconoce que resulta imposible obtener como visitante una "imagen verdadera de la realidad", pero también constata que los medios de comunicación reducen la vida en la república comunista y aislada a "sólo unas pocas facetas", dominadas por la "monotonía" y una "sociedad sombría atrapada entre la locura nuclear y la psicosis de masas".

"Todo eso es cierto, pero no es toda la verdad", afirma Bender, que se ha desplazado tres veces al país desde 2011. Prefiere no sacar conclusiones e invita a que las fotos hablen por sí mismas. "Detrás de una fachada cuidadosamente fabricada" y "en marcado contraste con la felicidad comunitaria ordenada por decreto", encontró una realidad construida por "dolores, ansiedades, deseos e incluso sueños".

Pese a que las fotografías están altamente restringidas en el país y que Bender se desplazaba con vigilancia de funcionarios del régimen, el reportaje es un intento de mostrar a "gente sencilla".

La primera visita respondió a "seguir el guión predecible según lo establecido por una gira organizada por el Estado" y la segundo fue un intento de mostrar lo que ocurría en segundo plano. "Quería encontrar a las personas detrás de la máscara de la uniformidad y, aunque conseguí algunos éxitos, fueron esporádicos", explica.

'Hechizada'

Cuando regreso por tercera vez, en 2016, ya "hechizada por el encanto del país y su gente", logró que los guías oficiales fuesen menos férreos y observó como su presencia despertaba la atención de los coreanos.

"Detecté pequeños cambios en las personas, que han logrado conquistar los espacios individuales que llevan buscando, con calma pero con persistencia, desde hace años. Entendí que estas personas viven con dignidad y sobreviven gracias al poder de sus sueños y pude entrever con mi cámara que estaba frente a un pueblo que no merece nuestros prejuicios", añade.

Escolares, soldados, carteros, pescadores...

En The Power of Dreams —una selección de una decena de fotos puede verse en la web de la fotógrafa— hay retratos, sobre todo de niños, pero también de soldados, carteros, empleados de fábricas y pescadores; escenas de ambiente de grupos de personas o panorámicas de ciudades y, de vez en cuando, como en algunas imágenes tomadas con teleobjetivo, miradas donde es difícil adivinar la frontera entre la desolación y la esperanza.

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