La moda de los payasos macabros prolifera en el norte de Europa, sobre todo en Alemania

Cuando los payasos no son cosa de risa.
Cuando los payasos no son cosa de risa.
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Cuando los payasos no son cosa de risa.

La sombra de la plaga de los payasos macabros comienza a cernirse sobre el norte de Europa con la llegada de Halloween y los casos, que van de la broma de mal gusto al ataque indiscriminado a cuchilladas, se multiplican de Suecia a Alemania.

Los incidentes se cuentan ya por decenas, el miedo se extiende y crece también la lista de quienes han resultado heridos a causa de este siniestro comportamiento, que comenzó en Estados Unidos y que se basa en el subgénero de películas de miedo nacido con la versión cinematográfica de It, un libro Stephen King.

El episodio más grave registrado en estos países ocurrió hace diez días en Varberg, en el oeste de Suecia, cuando un hombre disfrazado de payaso apuñaló sin mediar palabra a un joven y se dio a la fuga, provocándole heridas leves en un hombro.

En Aquisgrán, en el oeste de Alemania, un joven ciclista resultó herido este fin de semana al caer de su bici tras ser asustado por un payaso macabro que saltó de entre unos arbustos.

En la localidad danesa de Frederiksværk, al norte de Copenhague, otro payaso siniestro provocó la semana pasada un accidente de coche al asustar al conductor, aunque este resultó ileso.

Especialmente en Suecia y Alemania se ha registrado un repunte de casos en los últimos días, con relatos de payasos que surgen de la nada con navajas, hachas y hasta motosierras para asustar a viandantes o viajeros de un trenes de cercanía. Incluso empujan a la gente al suelo o tiran a la persona dentro de una fuente.

Las denuncias se han multiplicado en las comisarías de esos países, que también reciben numerosas llamadas de personas -habitualmente mayores- preocupadas por la situación.

"Nos han llamado ya muchas personas mayores que están muy preocupadas por este tipo de informaciones", ha explicado un portavoz de la policía de Neubrandenburg, en Alemania, al diario Bild.

Miedo a Halloween

La clase política ya ha empezado a reaccionar para tratar de evitar que se repunten estos sucesos en los días previos a Halloween (31 de octubre), una fiesta de origen anglosajón que cada vez se celebra más en Europa.

El ministro de Interior sueco, Anders Ygeman, fue claro recientemente al afirmar: "No queremos que haya situaciones donde algunas personas puedan meterse en líos por ponerse una careta de payaso, quizás de broma".  Según apuntó, las fuerzas de seguridad suecas "van a estar en alerta" tras la acumulación de casos en los últimos días en distintos países.

Joachim Herrmann, responsable de Interior del estado federado alemán de Baviera, ha advertido de que "este tipo de bromas de mal gusto pueden tener fatales consecuencias" y aseguró que la policía perseguirá sin excepción a quienes lleven a cabo estas prácticas.

El responsable de Justicia del estado federado de Renania del Norte-Westfalia, Thomas Kutschaty, ha recordado que "amenazar de muerte no es divertido, sino un delito" penado con hasta "un año de cárcel".

La policía en el estado alemán de Baden-Württemberg ha recomendado a los ciudadanos que no huyan de los atacantes, sino que les hagan frente, pero no con violencia, sino con un contundente "¡Lárgate!".

"Consideramos muy peligrosos a estas personas de pocas luces", ha explicado un portavoz policial.

Un efecto colateral de esta moda de mal gusto son los payasos profesionales, explica la Asociación Alemana de Empresarios Circenses, que perciben ya un claro daño a su imagen.

"A un payaso se debería asociar la diversión, la alegría y la torpeza. La gente debería reirse de ellos. Con estos ataques los payasos se convierten en objetos de miedo", ha lamentado el presidente de este colectivo, Dieter Seeger.

En la localidad noruega de Frederikstad una escuela infantil ha decidido prohibir los disfraces de payaso en la fiesta de Halloween después de que varios alumnos denunciasen haber sido asustados por payasos

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