El Museo Nacional del Romanticismo de Madrid inaugura este martes La Moda Romántica, un recorrido por el concepto de moda del siglo XIX. Esta exposición temporal podrá disfrutarse hasta el próximo 5 de marzo.
En ella podrán verse 22 modelos femeninos y masculinos del siglo XIX propiedad del propio museo y, principalmente, del Museo del Traje de Madrid.
No faltarán figurines procedentes de revistas y fotografías de comercios y talleres de moda, a modo de recreación de aquel ambiente romántico. La vestimenta se convirtió en uno de los fenómenos sociales de ese siglo con la burguesía como protagonista.
Estos comercios estaban dirigidos habitualmente por mujeres. Sin embargo, las labores se dividían dejando la costura o los arreglos para ellas y los cortes y cosidos de las diferentes prendas, tanto masculinas como femeninas, para los sastres.
Por aquella época, los sastres cosecharon éxito y crearon sus propias firmas, aparecieron las primeras modistas (finales XIX) y las revistas de moda, y hombres y mujeres se dejaron llevar por las novedades de cada temporada, es decir, sucumbieron a la moda por primera vez.
En el XIX, el traje sufrió una gran evolución que La Moda Romántica ha querido reflejar, desde principios de ese siglo y a lo largo del reinado de Isabel II.
Vestidos de gala y fracs masculinos
Esta muestra trata de enseñar los usos sociales de la indumentaria de esta época, donde existía un protocolo dependiendo de cada actividad: cada prenda tenía un momento concreto. Un traje para pasear por la ciudad no era bienvenido en un baile o en un acto social, y viceversa.
Podrán verse chalecos y fracs de caballero, vestidos de gala o de paseo, goyescos (que fueron aclamados a nivel internacional), trajes nupciales y levitas (donde destaca la emblemática prenda del escritor y periodista Mariano José de Larra) junto con algunos modelos infantiles.
La moda ofrecía ya continuos cambios para las mujeres, mientras que en el traje masculino no se producían grandes variaciones. En este periodo se lucen trajes imperios, prominentes mangas en los años 30, pasando por la sobriedad de 1840 hasta las faldas voluminosas de los 60.
El Museo Romántico, creado en 1924, propone un viaje a este período del pasado (1830-1868, aproximadamente) para todo el que quiera contemplar trajes y diseños creados en esos años en su ambiente: un palacete burgués característico de la época, con su lujoso salón de baile (entre otros espacios) que transporta, más si cabe, al terreno de la moda en el Romanticismo.
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