Merkel y Hollande exigen a Putin detener los crímenes de guerra en Alepo

  • Ambos dirigentes no lograron arrancar ningún compromiso firme al principal aliado de Damasco, el presidente ruso.
  • La situación bélica se mantiene en Alepo y no permite la llegada de suministros.
El presidente de Rusia Vladimir Putin (c-i) habla con la canciller alemana Angela Merkel.
El presidente de Rusia Vladimir Putin (c-i) habla con la canciller alemana Angela Merkel.
EFE
El presidente de Rusia Vladimir Putin (c-i) habla con la canciller alemana Angela Merkel.

La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande, exigieron este miércoles al presidente ruso, Vladimir Putin, parar los bombardeos sobre la ciudad siria de Alepo, que tacharon de crímenes de guerra, pero no lograron arrancar ningún compromiso firme al principal aliado de Damasco.

Merkel y Hollande abordaron la guerra de Siria durante más de hora y media con Putin en Berlín, tras concluir la cumbre convocada en el denominado formato de Normandía junto al presidente ucraniano, Petró Poroshenko, para intentar desatascar el conflicto en el este de Ucrania.

"Hemos tenido una conversación muy clara y dura con el presidente Putin", afirmó la líder alemana, que calificó de "inhumanos" los bombardeos sobre Alepo y advirtió de que no puede iniciarse un proceso político en Siria mientras no haya garantías de una tregua duradera.

Según señaló Hollande, salieron de la reunión con la "impresión" de que el cese de los bombardeos que comenzó el martes de cara a la pausa humanitaria anunciada para este jueves podía prolongarse, pero no quiso adelantarse a los acontecimientos porque, recordó, le corresponde a Putin demostrarlo.

El actual cese de los bombardeos, según Merkel, es sólo un punto de partida para permitir que lleguen suministros a las partes sitiadas de la ciudad, pero no la solución.

A pesar de la falta de avances, Hollande y Merkel subrayaron la importancia de haber sido francos y evitaron hablar de proponer nuevas sanciones contra Rusia a sus socios de la UE porque, aunque esa opción está sobre la mesa, la prioridad es proteger a la población civil y garantizar la llegada de ayuda humanitaria, afirmaron.

Ambos coincidieron también en que el régimen de Bachar el Asad y Rusia no pueden usar la lucha contra los terroristas como "excusa" para bombardear una ciudad en la que viven 300.000 civiles.

"Somos países que combatimos con determinación el terrorismo, pero eso no legitima que mueran por esa causa 300.000 personas", subrayo Merkel, mientras Hollande defendía la necesidad de no confundir a la oposición siria moderada con el frente de Al-Nusra y alertaba de la imposibilidad de evacuar a toda la población civil.

Como ejemplo de que es posible luchar contra el terrorismo sin dañar a la población civil, el presidente francés se refirió a la ofensiva sobre Mosul contra el Estado Islámico, apoyada por su país.

"Le hemos dicho lo que pensamos, lo determinados que estamos y qué presión queremos ejercer", concluyó, volviendo a Siria, convencido de que si la tregua se mantiene se habrá avanzado por el buen camino. En la misma línea, Merkel dejó claro que es "responsabilidad" de Moscú influir sobre el régimen de Damasco.

"Pausa humanitaria"

Poco antes del inicio de la cumbre en Berlín, Rusia había anunciado que la "pausa humanitaria" prevista para este jueves en Alepo se prolongará durante once horas, en vez de las ocho previstas, a petición de las organizaciones internacionales.

La Fuerza Aérea rusa y el Ejército sirio cesaron el martes los bombardeos sobre la ciudad para permitir esa breve tregua que tiene como objetivo evacuar enfermos, heridos y población civil.

Por su parte, las autoridades de Damasco informaron de la salida de los primeros milicianos opositores, enfermos y heridos de los barrios asediados del este de Alepo, después de que el Ejército se apartara a "una distancia" para permitir la evacuación.

Frente a la sede de la Cancillería, donde se celebró la cumbre, decenas de ciudadanos sirios residentes en Alemania clamaron contra el régimen de Asad y su aliado ruso, mientras que activistas de la ONG Avaaz colocaron entre cascotes un centenar de osos de peluche ensangrentados, vendados y rotos para pedir protección para los niños atrapados en Alepo.

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