De él sólo se sabe que tiene más de 45 años y que selló su boleto de Euromillones en una oficina del barrio de Schaerbeek, en Bruselas, capital de Bélgica. También, que se enteró de que había ganado 168 millones de euros en casa, comprobándolo en internet. Y por último, que quiere "compartir este premio con la gente que lo necesita".

El afortunado ganador del bote del martes del sorteo de Euromillones no era consciente del revuelo que han provocado en Bélgica sus palabras, difundidas por el organismo de Loterías del país, que por su parte explicó que le han aconsejado mantenerse en el anonimato, tomarse su tiempo "y no tener miedo de aprovecharse".

La televisión belga RTL, la más vista del país, se ha visto desbordada de peticiones de gente que quiere beneficiarse de la generosidad del ganador: una madre de cuatro hijos que vive sola, una anciana con una pensión mínima, un padre de familia que necesita dinero para sacarse el carné de conducir, un parado sin prestación, un trabajador de una ONG, una pareja con cuatro hijos que no puede pagar su hipoteca... la cadena ha publicado en su web algunas de las peticiones que han recibido.