Polémica en Reino Unido por los planes de May de identificar a los empleados extranjeros

  • Políticos conservadores e incluso del eurófobo UKIP rechazan la medida de la primera ministra, que califican de "divisoria y repugnante".
  • "Solo falta tatuarles números en los antebrazos", dice Steve Hilton, exasesor de David Cameron y partidario del 'brexit'.
  • Voces del sector empresarial animal a "reaccionar con un fuerte 'no, esto no es lo que queremos".
  • Los europeos que viven en Reino Unido podrán quedarse tras el 'brexit', con condiciones.
Miles de personas en una manifestación en Londres contra el 'brexit'.
Miles de personas en una manifestación en Londres contra el 'brexit'.
EFE
Miles de personas en una manifestación en Londres contra el 'brexit'.

La polémica por los planes del Gobierno de Theresa May de que las empresas británicas revelen el número de sus empleados extranjeros aumentó este domingo con el rechazo expresado por destacados conservadores y miembros del eurófobo UKIP.

Steve Hilton, exasesor del ex primer ministro David Cameron y partidario del 'brexit', calificó de "divisoria y repugnante" la propuesta y la comparó con la iniciativa del candidato presidencial estadounidense Donald Trump de prohibir la entrada de todos los musulmanes a Estados Unidos.

"Solo falta tatuarles números en los antebrazos", escribe Hilton en un artículo en The Sunday Times, en el que acusa a May de ser "incompetente e irresponsable" por dejar que el resto del mundo piense que la salida de la UE significará cortar lazos con el exterior.

El eurodiputado del eurófobo partido UKIP Roger Helmer consideró por su parte que es "ir demasiado lejos" la iniciativa presentada en el pasado congreso conservador por la ministra del Interior, Amber Rudd, que busca fomentar la contratación británica.

"Si nosotros hubiéramos sugerido que las empresas deben facilitar listas de sus empleados extranjeros, nos hubieran llamado fascistas", manifestó.

El director del fondo de inversión Octopus Ventures, George Whitehead, condenó asimismo los planes y animó al sector empresarial a "reaccionar con un fuerte 'no, esto no es lo que queremos, debemos buscar el talento y darle la bienvenida al Reino Unido".

En los últimos días, varios políticos conservadores, líderes empresariales y la oposición laborista han arremetido contra la iniciativa adelantada por Rudd.

Después de la intervención de la ministra el pasado martes, el líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, acusó al Gobierno conservador de promover la "xenofobia y el odio" contra los extranjeros.

"Los líderes del Partido Conservador han descendido hasta cotas aún más bajas esta semana. Han encendido la llama de la xenofobia y el odio en nuestras comunidades y han tratado de culpar a los extranjeros de sus propios fallos", declaró.

El director de las Cámaras de Comercio británicas, Adam Marshall, advirtió de que la iniciativa generará la percepción de que es vergonzoso contratar a personas de otros países. "Muchas empresas lamentarán que tener una fuerza laboral global sea visto como algo vergonzoso", afirmó.

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