En un comunicado, la Subdelegación del Gobierno indicó en su momento que uno de los objetivos prioritarios en la nueva Estrategia de Seguridad Vial 2011-2020 es "mejorar la seguridad vial en las carreteras convencionales en dos líneas principales", a través de una mejora del diseño de las mismas para evitar salidas de la vía y colisiones frontales y conseguir comportamientos más seguros en estas carreteras.

En este marco se ha diseñado la campaña, con un amplio control del tipo de infracciones, ya que además de la velocidad, se controla por los agentes de Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil (ATGC), los adelantamientos indebidos, la ingesta de alcohol o drogas, uso del casco y sistemas de retención, utilización del teléfono móvil durante la conducción, así como de auriculares, manipulación de navegadores o de cualquier otro elemento que pueda producir distracción y, en general, cualquier infracción de la normativa vigente en materia de circulación y seguridad vial.

Durante 2015 fallecieron 20 personas en vías interurbanas de las que cuatro lo fueron en autovía y 16 en carreteras convencionales, lo que pone de manifiesto que un altísimo porcentaje, el 75 por ciento de las víctimas mortales en carretera se producen en estas últimas vías. Las carreteras convencionales en la provincia de Córdoba suponen más del 95 por ciento del total de las vías interurbanas. Si bien soportan un menor tráfico que las autopistas y autovías, ocasionan, por el contrario, el 79 por ciento del total de accidentes.

Así, de los 1.104 accidentes totales que se produjeron en 2015 la provincia de Córdoba, 872 sucedieron en carretera convencional y 232 en autovía. La salida de la vía, la colisión frontal y la fronto-lateral constituyen la forma más habitual de producirse el accidente en este tipo de vía. Entre los factores concurrentes amén del exceso de velocidad y los adelantamientos están presente también la distracción.