A finales del segundo trimestre del año las cifras empezaron a confirmar lo que está siendo el éxtasis turístico español: resultados históricos. Por la mejora de la demanda interna –pese a la ausencia de Gobierno– pero, sobre todo, por los continuos episodios de inestabilidad en el Mediterráneo Oriental.

La aportación a las arcas públicas del sector "superará el 12% a finales de 2016", indica a 20minutos José Luis Zoreda, vicepresidente ejecutivo de Exceltur. "El PIB turístico aumentará un 4,5%, siendo el principal sector de crecimiento de la economía española. La actividad económica del sector llegará a los 115.000 millones de euros. Y el empleo superará los 2,3 millones de trabajadores", asegura.

Cifras para celebrar. Pero más allá de la mayor afluencia de turistas a nuestro país 'per se' "hoy favorecida por causas exógenas, que pueden revertirse de inmediato", el sector debe acometer una profunda reflexión. España debe cambiar sus indicadores de éxito: "No se trata de batir récords de llegadas, sino de estancia e ingresos". Por otra parte, dice Zoreda, para esto es necesaria la voluntad política.

¿El hecho de tener el Ejecutivo parado desde hace más de medio año afecta al sector? Para Zoreda en parte sí, porque lo más urgente es "dar más valor añadido a lo que nuestro turismo ofrece a los extranjeros para que se alarguen las temporadas y podamos ingresar más", y para esto desde luego "es importante la coordinación del Gobierno con las CCAA".

El del turismo en España es un problema estructural, asegura. "La regeneración de los destinos turísticos pasa por intentar mejorar la fisionomía de las instalaciones y servicios. Se puede subir la calidad de los servicios aun estando en el turismo de masas. Lo que no podemos hacer es seguir aspirando a ingresar más dinero batiendo récords de llegadas sin más o dando lo mismo que dábamos hace décadas pero un poquito mejorado. No se trata de hacer un lavado de cara a las prestaciones, sino de reinventarse, de un cambio de estrategia: diversificar destinos y ofrecer nuevos y mejores productos , experiencias y recursos".

Parece lógico. Porque, ¿qué ocurriría si la situación de nuestros competidores directos vuelve a la normalidad (que sería lo deseable)? "Si mañana todos estos países mediterráneos en recuperaran su imagen de destinos seguros, nos vuelan otra vez millones de turistas. No nos podemos dormir en los laureles", asegura Zoreda.

El vicepresidente de Exceltur asevera que "los españoles tenemos el ejercicio pendiente de reconvertir la oferta turística española no para seguir batiendo récords de entradas, sino de los ingresos que nos dejan"

Esto se hace, explica Zoreda, dando más valor añadido a lo que ofrecemos, lo cual supone "crear más experiencias y lanzar nuevos productos más allá del precio. Para España ya no es sostenible crecer en tasa de llegadas, sobre todo si estos turistas se concentran en pocos meses y en la zona litoral".

Estas concentraciones, de hecho, están generando que en algunas zonas del país los locales se muestran molestos. Sin embargo, Zoreda niega que hayamos dado el salto de la época del Spain is different! al Tourists go home! "No, esto no está ocurriendo en absoluto. Que haya podido haber pintadas o alguna percepción de saturación es algo muy puntual, pero en ningún caso es la norma".

La solución a estos "efectos adversos que a veces se crean" pasa por "ampliar el abanico de la oferta de atractivos y productos que podamos ofrecer en distintas zonas del país y promover nuestro enorme acervo cultural con destinos de ciudad".

Este enfoque sobre los deberes pendientes que tiene el sector es compartido por Manuel Figuerola Palomo, director del Doctorado en Turismo de la Universidad Nebrija y asesor de la Organización Mundial del Turismo (OMT).

"Cuando hablamos de un turismo de calidad nos referimos a que el nivel económico de su gasto les permita acudir a establecimientos de mayor nivel e ingreso pero también que tengan más servicios y atenciones. En definitva, se trata de conseguir más gasto ofreciendo más y mejores opciones. Al elevar el gasto y el rendimiento creamos empleo, que debe ser el objeto principal del nuestro turismo: la lucha contra el paro".

En esto, Figuerola Palomo, se muestra ambicioso. "El objetivo es que el turismo llegue a ser del 15% del PIB, sin rubor. A la gente esto le parece absurdo, una vergüenza, se quejan de que somos un país de camareros, pero España podría reindustrializarse gracias al turismo porque necesita renovar todos sus equipamientos, innovar...Tenemos pendiente enriquecer la oferta de productos turísticos: el hotel, la gastronomía, el deporte, la cultura... El 70% de las pernoctaciones y estancias la media del país son de costa; nos queda un 30% en el interior para infinidad de actividades. Tenemos un turismo eficaz pero no eficiente y ahí está el trabajo por hacer".

Para el asesor de la OMT "hay que volver al Spain is different!". Otro reto pendiente es la diversificación de destinos y para esto "tenemos que demostrar que España tiene mucho que ofrecer y mentalizar a la sociedad de que el turismo no es servir, sino que debe entenderse como un bastión del desarrollo y del crecimiento económico. Y a los niños tenemos que enseñarles a querer al turismo", defiende Figuerola.

Finalmente, ambos expertos sacan a relucir uno de los puntos que más preocupa al sector: la economía colaborativa. Las cifras corroboran la expansión imparable de las viviendas de uso vacacional.

Airbnb, la plataforma on line de alquiler de inmuebles particulares más importante del mundo, ha crecido un 73% en España este verano: llegó a alojar a 2,2 millones de turistas. Somos el tercer destino europeo de Airbnb, por detrás de Francia e Italia. Tanto Zoreda como Figuerola exigen al próximo Gobierno central "una regulación nacional, rigurosa y homogénea que ordene este fenómeno de competencia desleal" en pleno auge.