De los 640.000 vehículos que acceden a diario al área metropolitana de Barcelona, 115.000 sufren retenciones, es decir, el 18%. Así se desprende de un estudio que ha presentado este martes el Reial Automòbil Club de Catalunya (RACC), que muestra que desde 2006 se ha reducido un 9% el volumen de tráfico en los accesos a la capital catalana y un 51% la congestión, pero que sin embargo desde 2013 ha ido aumentando la movilidad por la recuperación económica (el tráfico creció un 3% de 2014 a 2015 y la congestión, un 28%).

Por ello, el presidente del RACC, Josep Mateu, ha alertado de que "si no se toman medidas urgentes las retenciones crecerán un 50% en un año".

Según el informe, cerca de 200.000 personas que acceden diariamente al área metropolitana son víctimas de congestiones (no pueden circular a la velocidad máxima de la vía entre las 6 y las 22 horas).

En tiempo, se pierden una media de 52.000 horas diarias por el tráfico, lo que equivale a 12,8 millones anuales de horas perdidas con un coste de 137 millones de euros anuales y 683 euros por usuario afectado al año.

Para cada persona que accede a Barcelona de las 8 a la 9 horas, la demora media por culpa de las retenciones es de 80 minutos a la semana, lo que equivale a ocho días de trabajo perdidos al año.

Cuatro entradas a Barcelona son las que tienen más volumen de vehículos en días laborables: A2 (desde Pallejà), B-23 (desde Molins de Rei), C-58 (desde Terrassa) y B-20 (de Montgat al Nus de la Trinitat.

Los corredores de las rondas, el Vallès Occidental y el Baix Llobregat concentran cerca del 80% de las retenciones.

El 62% de la congestión diaria se concentra en una horquilla de seis horas (de las 7 a las 10 y de las 17 a las 20, principalmente en la franja de la mañana (36%).

Para evitar que los niveles de congestión se disparen, el RACC reclama una mejora de la gestión del tráfico y del transporte público. Entre otras medidas, exige que el Ministerio de Fomento realice las inversiones a las que se comprometió para mejorar Rodalies, la creación de un carril Bus-VAO low cost en la B-23 y en la C-31 o la creación de una vía específica para camiones de acceso al puerto.