Los restos arqueológicos logran paralizar la tala de la última arboleda perdida de Alberti

  • La Historia consigue lo que la movilización ecologista no logró.
  • El pinar fue declarado urbanizable por el anterior alcalde.
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La protesta de los ecologistas contra este último testigo de la infancia de Alberti no ha pasado inadvertida. JOSÉ GARCÍA.
La protesta de los ecologistas contra este último testigo de la infancia de Alberti no ha pasado inadvertida. JOSÉ GARCÍA.
JOSÉ GARCÍA
La protesta de los ecologistas contra este último testigo de la infancia de Alberti no ha pasado inadvertida. JOSÉ GARCÍA.

María Zambrano afirmó en su día que el relato de la arboleda perdida exponía una biografía obligada por la Historia a cambiar de paisaje constantemente. El problema es que a la tierra natal del poeta del 27, Rafael Alberti, cada vez le quedan menos arboledas donde perderse. La última, el pinar de Bahía Blanca, hace varios días que empezó a ser talado.

Pero otra vez parece que es la Historia la que viene en su socorro. La Junta se ha visto obligada a parar la tala por la aparición de restos arqueológicos. Al parecer, una factoría de salazones romana. Así se ha conseguido, de momento, lo que no ha logrado la sonora protesta de los ecologistas.

Este bosque, de unos 68.000 m2, se extendía sobre un acantilado con magníficas vistas a la bahía, y tenía un alto valor ecológico. Pero una promotora urbanística, Arcai Inmuebles S.A., ha arrasado la práctica totalidad del arbolado de la que era una de las zonas litorales mejor conservadas El Puerto de Santa María.

Sólo en dos plantas

El pinar fue declarado urbanizable por el anterior alcalde de Independientes Portuenses, Hernán Díaz, con el apoyo del PSOE. Sin embargo, el PGOU de 1992 sólo contemplaba en esta zona una edificabilidad de 12.348 m2, en dos plantas, es decir, sólo se podía ocupar un máximo del 10% de la parcela, lo que hubiera permitido la conservación de la práctica totalidad de la zona forestal.

Aun así, el Ayuntamiento firmó un convenio urbanístico en 2001 con los promotores para casi duplicar la edificabilidad, a cambio de que la empresa adecuase los viales.

Los ecologistas siempre han considerado que la Consejería de Medio Ambiente de la Junta tendría competencias en ello porque la modificación del PGOU aprobada por el Ayuntamiento entraría en los supuestos estipulados en el Reglamento de Evaluación de Impacto Ambiental (EIA), que estipula que se someterán al proceso de EIA aquellas modificaciones el PGOU que "introduzcan elementos que afecten potencialmente al medio ambiente".

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