El secuestro de Villar, una muestra de la inseguridad en la "burbuja" de la Ciudad de México

  • Durante años la capital mexicana ha sido una especie de "burbuja" dentro la violencia del resto del país.
  • Pero la capital también es lugar de narcos y de violencia: en los primeros ocho meses de 2016, la capital acumula 592 homicidios.
  • María fue secuestrada en su trayecto desde Santa Fe, donde se asientan varias empresas extranjeras a la acomodada zona de Polanco.
  • María Villar: del barrio noble a la capital del secuestro y del feminicidio
Ciudad de México.
Ciudad de México.
Wikimedia Commons
Ciudad de México.

El secuestro y posterior asesinato de la española María Villar supone otro golpe para la capital mexicana que obliga a abrir los ojos ante una violencia creciente de la que tampoco escapan aquellas zonas consideradas como "seguras" y que son un terreno fértil para los grupos delictivos.

A lo largo de los años se ha mantenido la percepción de que la ciudad es una especie de "burbuja" a la que no llega el clima de inseguridad que azota a otras regiones del país, un argumento que las autoridades capitalinas se han volcado en reforzar con sus posicionamientos.

Sin embargo, la tragedia de Villar, quien fue secuestrada en algún momento de su trayecto desde Santa Fe -donde se asientan varias empresas extranjeras en la ciudad- a la acomodada zona de Polanco, debería "echar abajo estos clichés", afirma a Erubiel Tirado, académico de la Universidad Iberoamericana.

Ciertas áreas de altos ingresos, como las que ejercieron como telón de fondo en el secuestro o las colonias Condesa y Roma -todas ellas zonas frecuentemente elegidas por los extranjeros para vivir-, se han asumido como "zonas seguras", cuando, no obstante, "se ha demostrado" que en ellas se distribuye droga.

"Cuando hay distribución de droga también hay presencia de crimen organizado, y al haber presencia de crimen organizado también hay delitos conexos como la extorsión y el secuestro", comenta el coordinador del programa académico de Seguridad Nacional de la institución educativa.

La prosperidad urbana trae consigo una "fenomenología asociada" a la criminalidad, por lo que el experto considera que el florecimiento de algunas zonas tendría que venir asociado con una estrategia de prevención del delito, que hasta ahora no se ha dado.

En los primeros ocho meses de 2016, la capital acumula 592 homicidios, según el Sistema Nacional de Seguridad Pública.

Si este ritmo se mantiene, a final de año se marcaría un nuevo récord en estos delitos, que han ido en progresión en los últimos dos años.

Respecto a los secuestros, la cifra hasta agosto es de 34 casos, si bien este es un delito en el que destaca su elevada "cifra negra" -los casos no denunciados-, que ronda el 98 %.

La delegación en la que hay más delitos de alto impacto por cada 100.000 habitantes es la Cuauhtémoc, con 339,4 casos; esta demarcación abarca la parte central de la ciudad, incluyendo el casco histórico y las zonas de moda de ocio nocturno.

Pese a que, de acuerdo con un reporte de la Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía) emitido este año, en la Ciudad de México están localizadas actividades del Cártel Jalisco Nueva Generación, el jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, ha dicho en varias ocasiones que la ciudad "no tiene la presencia" de cárteles.

El jefe delegacional de la Cuauhtémoc, Ricardo Monreal, también eludió responsabilidades al declarar hoy a la emisora Radio Fórmula que desde su área no tienen "ni facultades ni recursos" para combatir la violencia que se vive en su zona.

La ciudad, "por su situación geográfica, su posicionamiento y por lo que hay en juego en términos económicos, es también un sitio jugoso para el narcotráfico y el crimen organizado", que antes estaba localizado pero ahora se ha extendido a "varias áreas" de la urbe, subraya Tirado.

La paradoja, continúa, es que hay unas 15.000 cámaras de seguridad en la capital, pero "esto no le hace más segura", porque hay una "acción limitada en la estrategia de seguridad pública".

Sin embargo, la fuerte presencia de agentes de seguridad, tanto civil como militar, hacen que la Ciudad de México no se haya convertido en un "territorio en disputa" por los grupos criminales.

Los casos de violencia más mediáticos, como el de la joven española o el asesinato del cineasta León Serment el pasado agosto, sitúan a la ciudad en el punto de mira internacional y ponen en duda la actitud de sus mandatarios, empeñados en mantener la apariencia de que todo está bajo control.

Tirado considera que "deberíamos ponernos en la tesitura primero de reconocer el problema", cosa que no ha pasado hasta el momento por parte de las autoridades con el caso de Villar, que han señalado que es un caso "atípico" y "falta poco para que empiecen a criminalizarla".

"Es el ánimo de este país, que tiende a negar la situación y no afrontarla", concluye el experto.

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