Según este estudio, en el que se ha preguntado a más de 1.000 mujeres españolas sobre su fuerza, tanto física como emocional, al 61 por ciento de ellas les afecta que se dirijan a ellas con tales descalificativos, entre los que también destaca el término 'controladora'.

Según la psicóloga Patricia Ramírez "las etiquetas condicionan nuestras emociones. El uso que damos a las palabras y la manera en que calificamos a los demás debilita la autoestima y la seguridad de la persona. De hecho, donde una mujer se ve como colaboradora, organizadora y facilitadora otros pueden verla como mandona".

Además, de los resultados de la encuesta de Special K se desprende que cuanto más joven es la mujer, más vulnerable es al lenguaje negativo (un 63% de las mujeres entre 18 y 34 años se sienten influidas frente al 44% de las de 50-65 años).

"Las experiencias de la vida nos ayudan a construir nuestra fuerza interior; con los años tenemos mayor perspectiva de todo lo vivido y eso todavía nos da más fuerza", añade Patricia Ramírez.

Sin embargo y a pesar de que estos descalificativos forman parte del lenguaje cotidiano, el 86 por ciento de las baleares encuestadas se consideran fuertes, igualando la media nacional. Las expresiones que mejor definen a una mujer fuerte, según las baleares encuestadas por Special K, son 'seguridad en sí misma', 'valentía' y 'capacidad de decisión' para emprender acciones.

Por regiones, las españolas con mayor fuerza son las riojanas, que el 95 por ciento se consideran fuertes, seguidas por las cántabras (93%) y las canarias (91%), mientras que las vascas, gallegas y madrileñas son las que peor opinión tienen de sí mismas en este sentido (con un 76, 80 y 81% respectivamente).