Alan Moore, el excéntrico genio del cómic autor de 'Watchmen', dice adiós al noveno arte

  • Alan Moore, autor de 'Watchmen' y 'V de Vendetta', ha anunciado que cuando termine sus proyectos actuales no volverá a hacer nada en los cómics.
  • Sus intereses ahora son los libros y las películas.
  • Moore acaba de publicar 'Jerusalem', su segunda novela, un tomo de 1.200 páginas que ha tardado una década en escribir.
Viñeta de 'Watchmen' en la que se ve la icónica chapa smiley manchada de sangre.
Viñeta de 'Watchmen' en la que se ve la icónica chapa smiley manchada de sangre.
DC Comics
Viñeta de 'Watchmen' en la que se ve la icónica chapa smiley manchada de sangre.

Excéntrico, anarquista, misántropo, famoso a su pesar, autoproclamado mago del caos y, sin lugar a dudas, uno de los mejores guionistas de la historia del cómic. Ese es Alan Moore, el tipo raro que contribuyó de forma decisiva a la consolidación de la novela gráfica para adultos, un genio del noveno arte que, al mismo tiempo que presenta su segunda novela, Jerusalem, anuncia a sus 62 años su retirada del mundo de las viñetas.

Aún le quedan un par de proyectos por concluir, incluido un nuevo tomo de La liga de los hombres extraordinarios, pero esos serán sus últimos trabajos para la industria que lo ha convertido en la celebridad que es hoy. "Creo que he hecho lo suficiente por los cómics. He hecho todo lo que podía. Creo que si tuviera que seguir trabajando en los cómics, inevitablemente, las ideas sufrirían, inevitablemente, comenzaríais a verme removiendo tierra vieja, y creo que tanto vosotros como yo probablemente nos merecemos algo mejor que eso", ha confesado Moore en una rueda de prensa.

Su legado en el mundo del cómic es vastísimo, con infinidad de innovaciones formales y de estilo, pero su talento también ha trascendido a otras áreas de la cultura. Alan Moore arrojó una nueva luz subre el mundo de los superhéroes, más decadente, más realista, en Watchmen, su obra cumbre e influencia clara de infinidad de historias posteriores, como la de Los Increíbles, de Pixar, por ejemplo.

La máscara de Guy Fawkes, usada en los últimos años por los miembros de Anonymous, y todo su simbolismo también son consecuencia de la obra de Moore, concretamente de V de Vendetta, donde su protagonista, un terrorista que lucha contra el fascismo en un Reino Unido distópico, jamás muestra su rostro, oculto siempre tras la inquietante careta blanca.

El cine también ha bebido mucho de sus ideas. Los cómics From Hell, Watchmen, La liga de los hombres extraordinarios y V de Vendetta han sido adaptados a la gran pantalla con irregular fortuna, aunque Moore ha renegado de todas estas películas, criticándolas duramente y negándose tanto a aparecer en los créditos como a recibir cualquier tipo de compensación económica por ellas.

"Al principio, yo estaba simplemente conforme con aceptar el dinero que me ofrecían por las adaptaciones de mis libros. Pero eventualmente decidí negarme a aceptar el dinero y comencé a pedir que mi nombre se quitara de las películas, así no tenía que seguir soportando la humillación de ver mi trabajo convertido en una farsa", dijo Moore en una ocasión.

El escritor no entiende la obsesión actual por hacer historias que valgan para todos los medios, cómics y libros que están escritos pensando en una posible adaptación cinematográfica. Para él, los cómics, aunque sean malos, tienen que tener entidad y sentido propios y una versión filmada jamás será capaz de igualarlos. Además, no soporta el desprecio con el que a menudo se habla de las viñetas. "Hay gente que cree que los cómics son para niños y para analfabetos. Muchos cómics son muy letrados, a diferencia de la mayoría de las películas", afirma.

Irónicamente, ahora que deja los cómics, el cine es uno de los medios que más le llama la atención. "Las cosas que me interesan en este momento son aquellas que no sé si puedo hacer, como las películas, en las que no tengo ni idea de lo que estoy haciendo, o novelas literarias gigantes. Cosas de las que ni siquiera estaba seguro de si tendría la energía para terminar", cuenta el escritor británico en referencia a Jerusalem, novela de 1.200 páginas que ha tardado diez años en escribir.

"Yo sé que soy capaz de hacer cualquier cosa que se pueda hacer en el mundo del cómic. No necesito demostrarle nada a mí ni de nadie. Mientras que estos otros campos son mucho más excitantes para mí. Siempre veneraré los cómics como medio, son maravillosos", añade.

Su relación con los superhéroes también es de amor odio. Esas criaturas que tanto le han dado (su primer proyecto importante fue Capitán Britania, ha dibujado historias de Superman y La broma asesina está considerado uno de los mejores cómics de Batman) le producen ahora cierto recelo. "Estoy seguro de que probablemente hay una muy buena razón para que cientos de miles de adultos se junten para ver las últimas aventuras de Batman, pero a mí se me escapa el motivo", comenta.

"Las películas de superhéroes... Son personajes que fueron inventados por Jack Kirby en la década de los 60 o antes. Tengo un gran amor por esos personajes, por lo que significaban para mí cuando era un muchacho de 13 años. Eran personajes brillantemente diseñados, pero son de hace 50 años. Creo que este siglo necesita y merece su propia cultura, merece artistas que intenten decir cosas que sean relevantes para los tiempos que estamos viviendo. Esta es la forma larga de decir que estoy harto, realmente harto de Batman", sentencia Alan Moore.

Las grandes obras de Alan Moore

V de Vendetta (1982-1987): Una oscura distopía que plantea la lucha de V, un violento anarquista, contra un régimen fascista. El relato es una crítica feroza la sociedad de control y al totalitarismo. Hoy, V es todo un símbolo.

La Cosa del Pantano (1984-1987): A mediados de los 80, Moore se hizo cargo de este personaje clásico de DC Comics e inició con él una etapa dorada en la que redifinió al monstruo y dio a luz a otro de sus personajes icónicos, el detective paranormal John Constantine.

Watchmen (1986-1987): A menudo considerado el mejor cómic de todos los tiempos. Es todo un alarde de innovación formal y narrativa. Su intrincada historia está protagonizada por unos superhéroes obligados a retirarse.

Batman: La broma asesina (1988): Con esta historia, Alan Moore profundizó en la figura del Joker. En un a trama que gira en torno a la locura, el bien y el mal, se lanza la idea de las grandes similitudes entre Batman y su némesis, ¿no son los dos, al fin y al cabo, un par de locos que canalizan sus trastornos de forma opuesta?

From Hell (1989 - 1999): A través de los sobrios dibujos de Eddie Campbell, Moore especula aquí sobre la identidad y motivaciones del enigmático Jack el Destripador. El autor hizo un exhaustivo trabajo de documentación para dar verosimilitud a la historia.

La liga de los hombres extraordinarios (1999): Las aventuras de Mina Harker (Drácula), Allan Quatermain (Las minas del rey Salomón), el Dr. Jekyll, el hombre invisible y el Capitán Nemo. Todo un homenaje literario a infinidad de obras, sobre todo del siglo XIX (La guerra de los mundos, Sherlock Holmes...).

Top 10 (1999 - 2001): Canción triste de Hill Street con superhéroes. La acción se centra en la comisaría de un distrito en el que todo el mundo tiene poderes y donde  los problemas (drogas, prostitución, vandalismo...) poseen características insólitas.

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