En un comunicado, el edil responsable del área de Movilidad Sostenible, Giuseppe Grezzi ha destacado que con esta iniciativa se avanza "hacia una ciudad verde, inteligente y neutral de CO2" y se da "ejemplo del fomento de la bicicleta como transporte urbano alternativo y sostenible, disminuyendo la emisión de gases contaminantes a la atmósfera y la contaminación acústica".

Grezzi ha explicado que su departamento ha tenido en cuenta a la hora de elegir la empresa adjudicataria aspectos como la proximidad. Y es que tanto el diseño, el montaje así como el acoplamiento de las bicis eléctricas son propios de una empresa valenciana.

Ha destacado que el servicio "supondrá un ahorro económico importante a las arcas municipales, reduciendo el gasto en la compra de carburante y las reparaciones en los talleres mecánicos, aunque fundamentalmente incidimos en su uso como vehículo ecológico".

En concreto, se trata de un medio de transporte sostenible pensado para uso urbano y que incluye un sistema antirrobo de calidad, una bolsa porta-documentos, batería recargable y todos los dispositivos exigidos por ley en cuanto a alumbrado, timbres y demás accesorios. Además, se les ha incorporado un espejo retrovisor.

Tal y como establece la normativa europea, estas bicis cuentan con un motor eléctrico de una potencia inferior a los 250 vatios que no supera los 25 km / hora. De hecho, cuando se llega a dicha velocidad, el motor deja de funcionar automáticamente y pasa a ser el pedaleo la fuerza con la que hacer funcionar la bicicleta.