Seis años después vuelve Clara Sánchez (Guadalajara, 1955) a la novela que más éxito le ha dado, Lo que esconde tu nombre, para seguir la historia en Cuando llega la luz (Destino). Con la anterior no sólo ganaba el Premio Nadal sino que superaba el millón de lectores y era publicada en más de veinte países.

La trama era potente: la impune presencia de nazis en España. Más aún sabiendo que todo parte de la experiencia personal: "Yo los vi, yo misma me cruzaba con ellos. En los ochenta cuando me fui a Denia, embarazada (como mi personaje Sandra), había uno de ellos que veía casi a diario, que me cruzaba con él, y él iba con toda la normalidad por la calle, saludando, como si nada, como uno más".

¿No le tentaba hablar con él, pararle, interrogarle incluso? "Luego he pensado muchas veces que debería haberlo hecho, pero qué le iba a decir, que me contara qué hacía en su pasado de nazi".

Lo que sí hizo y ahí reside el detonante de la novela fue hablar con los que trabajaban para él y para otra pareja de nazis que vivía también allí, pero mucho más escondida.

¿Y qué decían quienes trataban a diario con esa gente? "Pues dicen que al principio no lo sabían, y que luego fueron viendo cosas raras... Pero si necesitas ganarte el pan pues trabajas ahí, a veces no hay otra alternativa". De ellos y de lo que vio nació la semilla de estas novelas escritas casi 30 años después".

En la vuelta a la historia que le dio el gran éxito como novelista un antiguo genocida convive en una residencia con Julián, víctima de Mautahusen. A través de él Clara logra esa justicia que en la vida real no puede y no quiere uno tomarse, y reconoce que fue placentero escribirlo.

Una justicia que también se hizo para la escritora con el éxito de la obra: "fue como una justicia poética después de tantos años escribiendo y publicando que una novela mía tuviera tanta repercusión".

No esperaba que se convirtiera en uno de los libros más leídos dentro y fuera de España: "era consciente de que era original esa pareja de nazis escondida en la costa española, pero a su vez tampoco sabía cómo se lo tomaría la gente".

¿Por qué entonces ha tardado tanto en volver?: "Pensaba hacer una continuación y los lectores me la pedían".

Pero había un importante muro: "Recibí mensajes intimidatorios que me quitaron un poco las ganas y también quería hacer otras cosas . Así he dejado pasar el tiempo, tanto que ha sido demasiado. Espero que los lectores no se hayan olvidado".