La visita relámpago y sorpresa de Donald Trump a México ha supuesto una nueva sacudida al maltrecho nivel de aprobación del presidente Enrique Peña Nieto, que lidia con escándalos que van desde tráfico de influencias a violaciones de derechos humanos, pasando por la reciente noticia de que falsificó su tesis de licenciatura.

De nuevo la opinión pública fue casi unánime en su condena, y el país se preguntó por qué EPN, (como se le conoce en las redes) había invitado al enemigo público número uno de la nación, el candidato del Partido Republicano que durante su campaña ha emitido numerosos insultos hacia México y los inmigrantes mexicanos.

Entre los indignados está el oscarizado Alejandro González Iñárritu, quien en un artículo para El País México ha expresado su "vergüenza" por una invitación que considera una "traición". "Peña no me representa", añadió tajante.

Tras ello, el presidente compareció en una inusual entrevista televisiva en el prime time nocturno de Televisa y justificó haber recibido al candidato presidencial para "enfrentar la amenaza y el riesgo" que sus proclamas suponen para el país.

"Como presidente de la República tengo una única responsabilidad, que es cuidar a los mexicanos y velar por México", declaró el mandatario en una entrevista para el noticiero nocturno de la cadena Televisa.

"Hoy, como no había pasado quizá en ningún otro momento de la historia de la competencia electoral de Estados Unidos, México es parte del debate y ha habido posicionamientos que francamente representan una amenaza y un riesgo para México", afirmó el presidente a la periodista Denise Maerker, la primera mujer que conduce el noticiero nocturno de Televisa.  "Es la decisión que he tomado: encarar el reto", sentenció.

El clamor contra la visita de Trump se divide entre los que afirman que el presidente mexicano invitó a Trump para beneficiar su campaña (la de EPN) en México y los que no entienden ni se hacen la más mínima idea de cómo pudo ocurrírsele invitar al margante estadounidense. Eso sí, todos coinciden en que la visita, difícilmente dará algún fruto positivo para su país.

¿Sirvió de algo la conversación que mantuvieron? Sí, a juicio del presidente, sirvió como "un primer espacio de diálogo".

"Creo que el diálogo es la ruta para encontrar entendimiento. Hay que reconocer que cualquiera de los dos candidatos puede convertirse en presidente o presidenta de Estados Unidos", dijo, aludiendo también a la candidata del Partido Demócrata, Hillary Clinton, a quien también ha invitado a México y cuya respuesta está esperando.

Sumado al mero hecho de la visita, hay controversia por la cuestión del muro: Trump no solo no se disculpó por los insultos a los mexicanos, sino que insistió en su idea del muro. Cada nación puede hacer lo que quiera con sus fronteras, dijo Peña en la entrevista, pero asegurando que él había dejado claro que México no pagaría el muro. Eso sí lo hizo en privado, no en la rueda de prensa frente a todo el país, otra de las grandes críticas al mexicano.

Una versión distina a la de Trump, que dijo que el tema no se había tratado. Y pero aún, a su vuelta a EE UU el cadidato republicano explicó las líneas de su política migratoria en un incendiario discurso en el que incluyó un: "México va a pagar el muro 100%. Aún no lo saben pero lo van a pagar".

Tras ello, disputa entre los dos en Twitter: "Una muestra de cómo será la política internacional de EEUU si Trump gana: peleas en Twitter", comentan los internautas.