En cuanto a la reducción de negocios en la calle (el año pasado fueron 15 más), el concejal de Cultura y Turismo, Julio López, y el presidente de la Asociación de Empresarios de Hostería, Alain Saldaña, han coincidido en el deseo de la organización de mejorar la calidad y la importancia para ello de reducir el número de la oferta.

Por eso, a pesar de contar con una petición global de unas 150 casetas, finalmente serán 83, dos menos que el año pasado en Carmelitas, dos menos en San Boal, las seis de Salesas - zona que ya no existirá-, dos menos en Agustinas, dos menos en Ursulas y una menos en Dominicos.

Respecto al precio, Alain Saldaña ha explicado que se trata de "un pequeño incremento" después de estar cinco ediciones con el coste de consumición congelado dentro de una feria que este año contará como novedad con que las casetas de la zona patrimonial tendrán que estar todas pintadas del mismo color.

Se trata de "reducir el impacto visual" y "buscar homogeneidad" en ellas durante los días que están instaladas en las calles de la ciudad; este nuevo requisito afecta a los negocios ubicados en las zonas de Dominicos, Anaya, Rúa, Agustinas y Úrsulas.

Además de actividades de animación programada y del día de Aviva (el 14 de septiembre), cada caseta podrá ofertar un máximo de cinco pinchos (incluido el de feria), y podrá incorporar un pincho de cuchara en horario de mediodía que se sumará al máximo de cinco tapas que cada negocio puede tener a disposición de los clientes.

El horario de las casetas será de 12.00 a 00.30 horas, excepto vísperas de festivos y festivos, que se prorroga media hora más, y en todas se exigirá por primera vez que tengan un extintor para evitar posibles incidentes.