La lucha contra la contaminación puede tener a los edificios como aliados, con soluciones tecnológicas como la que la compañía alicantina Persax. Se trata de una línea de persianas, puertas, toldos o estores que incorporan un compuesto químico que permite neutralizar la contaminación en el aire y convertirla en un residuo fácil de limpiar. Se trata de una tecnología desarrollada por la firma estadounidense Pureti en colaboración con la agencia espacial estadounidense, la NASA, que utiliza este hallazgo para la limpieza interior de los satélites espaciales.

Lorenzo Herrero, director adjunto de Persax asegura que un metro cuadrado de cualquier elemento con este tratamiento equivale al efecto anticontaminante de un árbol. La línea Pure está basada en micropartículas de dióxido de titanio, un compuesto que distribuido por la superficie de una persiana genera un proceso químico conocido como fotocatálisis, que permite absorber las partículas contaminantes en el aire que lo rodea y generar un residuo que se puede limpiar fácilmente. Para que se produzca esta reacción solo hacen falta dos elementos: luz y oxígeno.

“Esta tecnología se está investigando desde hace diez años. Lo que tiene de novedad es que el dióxido de titanio haga pantalla en cada producto sobre el que se aplica, un efecto sábana sobre la superficie”, explica Herrero. El uso del dióxido de titanio no es nada nuevo, ya que Herrero asegura que se utiliza en su sector desde hace cuatro décadas, pero poder colocarlo como una capa sobre la superficie es lo que permite este efecto beneficioso.

Esta tecnología se puso en marcha a través de un spin off seleccionado por la NASA para brindar servicios de limpieza interior a los satélites de la Estación Espacial Internacional, ya que no solo es un producto que limpia la contaminación, sino también desinfecta y elimina la suciedad o el mal olor. Además, reduce el uso de detergentes, ya que el residuo sólido que genera con la reacción química es fácilmente eliminable. Según Herrero, esta propiedad del dióxido de titanio ya se usa en los edificios de grandes ciudades como Tokio desde hace una década para reducir en lo posible la alta contaminación urbana.

“Un poste publicitario de una calle comercial tratado en una cara de dos metros cuadrados destruye la contaminación que genera un coche en un año”, asegura el director de esta compañía. Persax ha realizado ensayos con la Universidad de Alicante sobre la aplicación de este compuesto a sus productos, en los que han comprobado la diferencia respecto a productos no tratados. En total han sido unos ocho meses de pruebas, y desde hace dos ya se está comercializando. Se calcula que el producto mantiene sus propiedades a pleno rendimiento durante al menos cinco años.

La compañía alicantina surte a una amplia red de distribuidores, decoradores, interioristas y carpinteros que están empezando a difundir esta línea de productos. A partir de 2017 esperan que un 10% de su producción sea exclusivamente de esta línea. Persax vende en 25 países y con filiales en Croacia y México. Sus principales mercados, además del español, son Portugal, Francia, Italia y varios países del norte de África. Cerraron el año 2015 con una facturación de unos 24 millones de euros, un 55% procedente de nuestro país y un 45% llegado de fuera de nuestras fronteras.