Después de una exposición con formato retrospectivo y antológico que ocupó. hace poco más de un año, el sacrosanto MoMA de Nueva York [reportaje en el Mensual de 20 minutos], la cantante y compositora islandesa Björk (1965) vuelve a ocupar un museo, esta vez al otro lado del Atlántico. La Somerset House de Londres anuncia Björk Digital, el "estreno europeo" (ya se presentó en Sidney), lo que sugiere que existe la intención de convertir la experiencia en itinerante, de una muestra sobre las relaciones más recientes de la inquieta intérprete con tecnologías punta de vídeo y, sobre todo, de realidad virtual.

La muestra, que coincide con un concierto único y "especial" de la cantante en el Royal Albert Hall —21 de septiembre, con acompañamiento de orquesta de cuerdas y la entrada más barata al marciano coste de 1.236 libras por cabeza, unos 1.450 euros—, presenta los resultados de la colaboración entre Björk y "algunos de los mejores artistas visuales y programadores en el mundo", dicen los responsables de la Somerset, uno de los museos públicos de artes visuales más destacados de la capital inglesa.

Björk Digital tiene un precio de acceso más adecuado a presupuestos humanos —de 12,5 a 15 libras (de 14,5 a 17,5 euros)—, tique con cita previa y entrada limitada a mayores de 14 años, seguramente porque los más pequeños son de comportamiento demasiado impredecible y sincero a la hora de responder al arte de alto nivel que la islandesa se atribuye desde que ha dejado de ser una compositora y cantante de rock para convertirse en augur de una supuesta nueva sensibilidad, una filosofía híbrida entre el ecologismo, lo techie y la vanguardia —"fertilidad", saluda antes de la firma en una declaración de invitación a la exposición—.

Aunque el contenido de la exposición, programada del uno de septiembre al 23 de octubre, no aparece descrito con suficiente claridad en el anuncio oficial, parece claro que se presentará el último estadio del proyecto en realidad virtual de Vulnicura, el último disco en estudio de Björk. La idea es que los espectadores tengan la impresión de estar asistiendo a una "experiencia teatral privada" aunque se trate de realidad simulada, basada en una obra, el noveno álbum de estudio, dolorosa y arriesgada que la compositora creó a partir de la ruptura de su relación con el no menos pretencioso artista Matthew Barney (1967), con quien vivió durante más de una década y tuvo una hija, Isadora (2002).

Björk Digital es una prueba de que la compositora "desafía constantemente el estatus quo, forzando los límites de lo que es posible en la música, el arte y la tecnología", explican desde la organización. La exposición invita a los visitantes a sumergirse en el trabaj0 de la intérprete a través de lo último en tecnología de realidad virtual. Es "una manera única de conectar con su público".

En las líneas declarativas difundidas por la galería, Björk dice sentirse "muy emocionada" por el estreno europeo. "Mostramos vídeos de realidad virtual de Vulnicura (...) en un paso más en completar el álbum completo en (formato) de VR, que va a ser editado pronto. Creo que la narración cronológica de un disco es ideal para el espectáculo privado de la realidad virtual, un teatro capaz de capturar el paisaje emocional de la obra".

La exposición incluirá también Black Lake, una "película inmersiva" sobre la obra de Björk encargada por el MoMA por el Museo de Arte Moderno de Nueva York, rodada en las tierras altas de Islandia, el trabajo ha sido dirigido por el realizador de Los Angeles, Andrew Thomas Huang, que también se encargó de Stonemilker, filmada en 360º en una playa remota y barrida por el viento y de la versión interactiva en vídeo de la cubierta del álbum.

Otras piezas de realidad virtual que se añaden a la exposición son Mouthmantra, del director Jesse Kanda, donde las imágenes fueron filmadas desde el interior de la boca de Björk mientras ella canta, con una visión de los dientes y la lengua en torsión, como si se tratase de unidades vitales que toman decisiones por sí mismos.

Notget, de Warren Du Preez y Nick Thornton Jones, es otra obra de realidad virtual donde Björk aparece como una polilla sufriendo sucesivas transformaciones, creadas a partir de las impresionantes máscaras digitales del artista James Merry, que se encarga del diseño de los futuristas, orgánicos e impactantes antifaces que la cantante usa en sus últimos conciertos.

En la exposición habrá un "espacio educativo" donde los visitantes podrán usar las aplicaciones musicales que ha promovido Björk para Biophilia, una app donde naturaleza y tecnología se aúnan para crear una plataforma de enseñanza no reglada.

También serán exhibidos todos los videclips musicales de la artista, que durante casi cuarto de siglo de carrera ha colaborado con directores de cine que incluyen incluyendo a Spike Jonze, Michel Gondry, Nick Knight y Stephane Sedanaoui.